
Cuando Apple lanzó el MacBook Air en enero de 2008 era una obra de arte de diseño y tecnología con sobreprecio. El portátil era una preciosidad con un grosor de apenas entre 0,3 y 1,7 centímetros, y un peso de 1,35 kilos. En su presentación, Steve Jobs reveló este ordenador de 1.800 dólares sacándolo de un sobre de manila para demostrar lo esbelto que era. “¿Qué es el MacBook Air?”, preguntó mientras recorría el escenario. “Es el portátil más delgado del mundo”.
Diez años más tarde, el mercado está inundado de ordenadores portátiles delgados y finos, y aunque Apple todavía mantiene el Air en las estanterías de sus tiendas, ha permitido que su hardware se volviera obsoleto mientras se enfocaba en otros productos más rentables. En la década que ha pasado desde que la compañía presentó el Air, han creado portátiles más potentes, más rápidos e incluso más delgados. Pero a pesar e todo esto, ninguno ha revolucionado tanto la trayectoria o rumbo de la computación portátil como el MacBook Air.

Cuando Apple lanzó el primer MacBook Air su recepción fue fragmentada. Algunos creían que era una pérdida de dinero, mientras que otros pensaban que era una visión del futuro. “El Air mostró las posibilidades de lo que podía ser la computación”, comentó a Gizmodo Francois Nguyen, director creativo de la firma especializada en diseño Frog. Para diseñadores industriales como Nguyen, el MacBook Air marcó un cambio significativo en cómo hacían su trabajo. Cambió su forma de pensar sobre la manufactura; inspiró a las compañías a pensar en un buen diseño, y en el proceso, hizo que los consumidores pidieran más de un ordenador portátil.

La mayoría de personas en 2008 pensaba que los ordenadores ultraportátiles eran como los modelos baratos al estilo del Asus Eee PC 900. El MacBook Air, en cambio, nació en una época interesante. En el año 2008 la computación portátil estaba atascada en dos mundos: bestias potentes y voluminosas como el Lenovo ThinkPad que técnicamente son portátiles pero son demasiado incómodas para llevar a todas partes, y portátiles coloridos y livianos como los Asus Ee PC que servían para poco más que navegar en internet y usar software simple. El Air se sentía como algo entre esos dos mundos. Apple trabajó junto a Intel para miniaturizar su procesador Core 2 Duo, reduciendo su tamaño un 60%. Este diseño de procesador más pequeño permitió también reducir el tamaño de la tarjeta madre, lo que dio más espacio para añadir batería y reducir el tamaño del ordenador.


Originalmente, Apple fabricó el Air para competir contra ordenadores portátiles livianos como los Sony TZ, los cuales contaban con un diseño similar y un peso de apenas 1,4 kilos. Steve Jobs mostró una gráfica comparando el grosor de las partes más gruesas del Air con el de las Sony TZ durante su presentación en 2008: “la parte más gruesa del MacBook Air es más delgada que la parte más delgada de la TZ”, se burló. “Se supone que este ordenador es delgado”.
Sí, el Air era un hito en el diseño industrial. “Es simplemente un objeto sólido y hermoso”, comentó Nguyen. El uso de materiales de calidad por parte de Apple permitió que el ordenador tuviera un peso agradable. Su teclado sigue siendo, hoy en día, uno de los mejores teclados que ha diseñado Apple jamás. El diseño y la forma del Air era tan emblemática que Apple consiguió registrar una patente sobre la silueta del ordenador, debido a que algunos competidores ya la estaban copiando.

Sin embargo, no era un ordenador perfecto. El Air original tenía una capacidad de almacenamiento muy limitada y no tenía unidad óptica (aunque esto último era similar a que Apple eliminó el puerto de auriculares en los últimos iPhone). El hecho de que contara con solo un puerto USB era un vistazo a lo que veríamos en el futuro, pero a su vez no era práctico para la época. Apple intentó compensar estas faltas con su diseño y un trackpad multitáctil. No obstante, para muchas personas el Air no era más que un portátil muy bonito pero muy costoso. “Por definición, el Air era algo como un portátil”, comentó Nguyen. “Pero a su vez era demasiado precioso para ser encasillado con todos esos aparatos de plástico barato que estaban llegando al mercado”.
Es cierto que Apple despojó al Air de ciertas tecnologías a las que los consumidores se habían acostumbrado, pero para algunos la falta de algunas características era una ventaja. “Apple tomó una postura en cuanto a su disciplina y reduccionismo”, aseguró Mladen Barbaric, fundador del estudio de diseño Instrumments al igual que la firma de diseño de productos Pearl Studios. “Si vas a crear el portátil definitivos para viajes, tendrás que hacer algunas concesiones”. En retrospectiva, esos sacrificios o concesiones, por más dolorosas que fueran en el momento, marcaron el comienzo de esa forma de trabajar sin ataduras y cables que es tan común hoy en día.

Cuando el Air llegó al mercado, la nube todavía era un concepto imperfecto. Recuerdo haber borrado una incontable cantidad de archivos de mi portátil cuando su disco duro inevitablemente alcanzaba su capacidad máxima. Pero Apple se arriesgó con una apuesta basada en que suficientes personas apreciaban más la portabilidad que la potencia, y con el tiempo comprobaron que tenían la razón. “Me obligó a modernizar mi forma de trabajar”, comenta Barbaric. “Y todavía trabajo de esta manera hoy en día”.
Para los primeros usuarios, como Nguyen, valió la pena soportar esos dolores de cabeza a corto plazo que trajo el Air. Nguyen cree que el Air hizo que trabajar se convirtiera en una actividad de lujo, y recuerda que poseer un Air se convirtió en un símbolo de estatus en su oficina. Era una forma de distinguirse entre las “abejas obreras”, que necesitaban ordenadores pesados y gigantescos para hacer la parte más laboriosa del diseño, y los jefes que simplemente podían sacar su Air de su mochila y enviar algunos correos electrónicos. “Mi meta es llegar a un punto en el que no tengo que llevar ningún ordenador conmigo”.

En 2011 Apple presentó un MacBook Air más pequeño con pantalla de 11" y un precio que comenzaba en los 999 dólares, y también redujo el precio del modelo base de 13" a uno mucho más razonable de 1.299 dólares, para competir con compañías como Asus, Acer y Lenovo que ya estaban listas para producir sus propios ordenadores potentes y delgado, gracias a la ayuda de Intel y sus componentes cada vez más pequeños. Estos “ultrabooks” tuvieron su gran fiesta de presentación en el CES 2012, y se posicionaron como una alternativa al Air más barata y con Windows.
Hoy en día los portátiles livianos y potentes son la norma, y no es arriesgado agradecerle a Apple por esto. “Crearon un nuevo mercado alrededor de lo que consideraban un ordenador ultraportátil”, comenta Barbaric.

Apple pudo hacer eso al establecer nuevos procesos de manufactura que ayudaron a optimizar la producción de sus dispositivos de metal. En 2008 el proceso de fresado que se utiliza para fabricar el cuerpo del Air era usado principalmente para fabricar prototipos y producción de bajo volumen. Este proceso era muy costoso y requería de comprar una herramienta esepcial que podía cortar con precisión un bloque de aluminio hasta crear los bordes esbeltos y elegantes que vemos en el Air. Con el paso de los años Apple invirtió en el proceso y lo mejoró, con la intención de incorporar el diseño de cuerpo de aluminio de una sola pieza en más productos y no solo el Air.
Otras compañías de electrónica de consumo comenzaron a pensar que podían hacer lo mismo: “puedo decirte que el interés en portátiles ultradelgadas incrementó inmediatamente después del lanzamiento del MacBook Air”, afirma Barbaric. “Impactó a las personas de inmediato, pero debido a que el desarrollo toma tiempo, no viste otras alternativas en el mercado inmediatamente. Lo que vimos fue un efecto dominó con el paso del tiempo a medida que las compañías iban trabajando en ello a puerta cerrada”.

Hoy en día Apple continúa usando los mismos procesos que implementó para el MacBook Air en fabricar los nuevos MacBook y MacBook Pro. Sus formas son diferentes, pero el ADN sigue siendo el mismo. Apple descubrió cómo integrar componentes miniaturizados en un cuerpo de metal cada vez más pequeño sin depender de la silueta del MacBook Air. Las principales virtudes del nuevo MacBook, su ligereza y lo delgado que es, son rasgos evolutivos heredados directamente del primer Air. “Podrían haber llamado ‘MacBook Air’ al nuevo MacBook y no nos hubiese importado”, comentó Barbaric.
En cambio, Apple decidió que el Air tuviera una muerte lenta y complicada. Apenas hace algunos días la compañía dejó caer una pista de que por fin matarían el MacBook Air después de años de dejarlo obsoleto. Es difícil negar que ha llegado la hora de que el Air, al menos en su forma actual, ceda su lugar como el portátil de entrada de Apple. Pero también es muy importante recordar su legado como el precursor espiritual de los portátiles que conocemos y amamos hoy en día.