Los Chromebooks han superado las ventas de los portátiles Mac en los Estados Unidos por primera vez en la historia, y la verdad es que eso no me sorprende, debido a que hace menos de un año yo mismo hice ese cambio. Después de haber sido un usuario de Mac durante toda mi vida, compré mi primera PC, pero no una tradicional, sino una Chromebook. Y nunca pienso regresar.
Usando esa pasión que solo puede encontrarse en alguien que acaba de convertirse en un creyente de algo, he intentado convencer a mis amigos de que renuncien a esa vida de pecados, glotonería y orgullo que viven de la mano del Señor de las Manzanas. Los he ayudado a encontrar la salvación en el santo Chromebook. Oh, que la gloria del reino de Chrome los ilumine a todos ustedes, a un cuarto del precio de cualquier Mac.
Pero no se equivoquen, yo crecí rodeado de Macs. El primer ordenador que mi padre trajo a casa cuando yo tenía 5 años de edad era un Mac. El ordenador familiar durante toda la década de 1990 era un Mac. Usé un Mac Performa en secundaria, y allí descubrí la gloria de Internet. El regalo de graduación que me dieron mis padres al terminar secundaria fue mi primer portátil Mac, y seguí fiel a la marca durante al menos 15 años.
Algo sucedió hace aproximadamente un año, cuando mi MacBook Air se quemó y el olor a humo llegó a mi nariz. Me dirigí rápidamente a ver Macs en la tienda Apple pero también le di la oportunidad a mi cerebro de considerar siquiera por un segundo alguna otra opción. Tenía en mi haber un ordenador Mac de escritorio, el cual es mi máquina principal para tareas pesadas. Me pregunté a mi mismo qué opciones podría encontrarme fuera del mundo Apple para mi portátil.
El factor más importante era el precio. Incluso la Mac más económica me podía costar unos 1.300 dólares incluyendo impuestos y AppleCare. Pero la idea de un portátil de menos de 200 dólares se me hacía muy atractiva. Así que me compré un Chromebook Acer con 2 GB de memoria RAM y una capacidad de almacenamiento de apenas 16 GB. Su precio fue ridículamente bajo, de apenas 173 dólares, y valió cada centavo. Incluso vino con 100 GB de Google Drive gratuito.
En muy pocas ocasiones me toca editar vídeo, y mis necesidades de edición fotográfica suelen ser mínimas. Entonces pensé: ¿qué es lo que necesitaré cuando me acerque a la cafetería a trabajar que no pueda hacer con una Chromebook? Nada, absolutamente nada. Y si eres lo suficientemente honesto contigo mismo deberías hacerte la misma pregunta.
Los ordenadores se han convertido en algo que es básicamente desechable, para bien o para mal. Hemos visto cómo sucedía esto en casi todos los dispositivos electrónicos de las últimas décadas en algún momento. Cada vez más personas pueden comprarse un eReader, y las tablets hoy en día son tan baratas que cuestan hasta 50 dólares. Ese sueño de que cada niño tenga su propia portátil hoy en día es más posible gracias a que existen Chromebooks que cuestan apenas 100 dólares. Y a medida de que nuestras necesidades informáticas dependen más y más de Internet, el consumidor promedio cada vez se verá menos tentado a comprar una Mac y optará por uno de estos portátiles.
Esta tendencia debería asustar a Apple. Los computadores se han convertido en un producto básico para muchos, algo así como lo que fueron los HDTV en el pasado. Eso quiere decir que el consumidor promedio ya no busca el televisor más costoso y exclusivo; cualquier modelo HD es suficiente.
Puedes comprar un televisor HD tan bueno como cualquier otro por apenas unos 400 dólares, y puedes obtener un ordenador portátil bastante bueno por menos de 200 dólares. Esta década nos ha llevado a esto, y aunque existen preocupaciones en cuanto a las repercusiones ambientales de esto, es una realidad que debemos aceptar.
Es cierto, un Mac es un ordenador superior en algunas cosas, especialmente para aquellos que crecimos acostumbrados a ellos. Pero las necesidades del usuario promedio pueden satisfacerse con cualquier portátil básico. Hoy en día hay muchos Chromebooks de 200 dólares que superan a ese fiel Acer que me ha acompañado por un año, y sin lugar a dudas habrá mejores en 2017.
Por supuesto, siempre existirán personas que quieran lo último de lo último en tecnología simplemente porque sí. Y si eso es lo que te gusta, aquí en Gizmodo mis compañeros te mantendrán al tanto de lo más nuevo y potente en el mundo informático que el dinero puede comprar. No hay nada malo en el hecho de amar la tecnología y tener un nivel obsesivo de apreciación por lo más nuevo y moderno. Pero aquellas personas que no pueden ver una gran diferencias entre las últimas tres generaciones del iPhone, la idea de tener una MacBook potente y costosa es casi ridícula.
Sí, seguro obtendrás algunas miradas raras en la cafetería por parte de esas personas que te han visto durante años con tu Mac, y con las cuales has conversado y defendido a Apple por mucho tiempo. Pero anda y compra un café para ese que te mira y sonríe y dile que has cambiado. Y sí, puedes pagar ese café, dado que te has ahorrado al menos 1.000 dólares al comprar tu nuevo portátil.
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