El Galaxy S6 Edge+ y el iPhone 6s Plus son dos de los mejores grandes teléfonos que puedes comprar. El adjetivo no es aleatorio, ambos son grandes, muy grandes. Y muy buenos. Uno es el máximo exponente de lo que puede llegar a ser Android, el otro lo hace en iOS. Los hemos puesto frente a frente.
En este particular duelo de titanes (y de caballeros, supongo), tuvimos en cuenta varios matices. Técnicamente sería posible comparar el iPhone 6s (el normal), contra el Galaxy S6 Edge (a secas) pero ambos teléfonos están separados por una cantidad razonable de tiempo. El Edge+ y el 6s Plus, por su parte, han sido lanzados con apenas un par de semanas de diferencias y además guardan similitudes que van más allá de lo meramente cronológico.
Lo que hacen igual
Hay una serie de virtudes que en ambos teléfonos llegan gracias a su virtud más inherente: el tamaño de la pantalla, en el S6 Edge+ es un poco más grande (5,7 pulgadas vs 5,5 pulgadas en el 6s Plus) pero la experiencia es muy similar.
Eso implica que ciertas aplicaciones y tareas, especialmente las que se relacionan con el consumo de contenido, se ven especialmente beneficiadas. Algunos ejemplos: ver vídeos de YouTube a 1080p, utilizar la aplicación de Twitch y apreciar muchísimos más detalles del juego (que en otros teléfonos se pierden porque la interfaz se “comprime” para caber en la pantalla del teléfono) o jugar a Hearthstone. Hay otras tareas algo más secundarias, como leer con la aplicación de Kindle o utilizar Pocket/Instapaper que también se ven beneficiadas.
Una pantalla grande es más pesada de manejar con una sola mano y también de llevar de un lado a otro, pero también otorga esta serie de ventajas que pueden compensarlo con creces.
La cámara en ambos es bastante similar pero con diferencias notables en cada función determinada (baja luminosidad, vídeo en slow-mo, 4K...). Para un análisis pormenorizado entre la cámara del Galaxy S6 y la del iPhone 6s Plus recomendamos leer nuestra comparativa a fondo entre ambos terminales y los principales de la competencia pero en términos generales (más abajo entramos en detalle), ambas cámaras se comportan de manera parecida.
Sobre los acabados, que en otras ocasiones suponían un lastre en los Galaxy, en este caso quedan prácticamente a la par, reducido a una simple cuestión de gustos. El iPhone es más sólido y confortable, el Galaxy más atrevido.
Por último, la realidad es que ambos se comportan de manera muy similar en la mayoría de situaciones porque... bueno, porque son el mismo producto, básicamente, un simple smartphone. El diablo está en los detalles, como vamos a ver, y hay grandes diferencias que vienen de utilizar un sistema operativo u otro pero las tareas comunes (navegar por el sistema, llamar por teléfono, la velocidad de carga de las apps) están prácticamente a la par.
Lo que el Galaxy S6 Edge+ hace mejor
Las mejores virtudes del Galaxy S6 Edge+ le llegan precisamente de su sistema operativo. Hay muchos aspectos en los que iOS es superior a Android pero a Apple todavía le cuesta encontrar el sweet spot, el punto óptimo, adaptando sus interfaces a pantallas más grandes. Merece la pena recordar que la interfaz del iPhone 6s Plus es en esencia la misma que la del iPhone original, salvo mínimos detalles.
¿Por qué merece la pena explicar esto? Porque en general el sistema del Galaxy aprovecha mucho mejor las virtudes de tener una buena pantalla. Incorpora por ejemplo la funcionalidad que permite tener dos aplicaciones a pantalla dividida. O también “Picture in picture” (PiP) para ver un vídeo superpuesto al resto de elementos del sistema. Apple tiene algo así en el iPad pero por algún motivo eso no ha llegado al iPhone, ni siquiera Picture in Picture.
El Galaxy S6 Edge+ tiene una pantalla no sólo ligeramente más grande sino también mejor aprovechada. Los widgets, especialmente útiles en pantallas grandes, también son otro extra interesante. En el iPhone están anclados, para bien o para mal, al centro de notificaciones.
Hay otro elemento interesante, aunque es más subjetivo, que es el del diseño. La pantalla curvada del Edge+ para algunos es un mero capricho estético y para otros (aquí me incluyo) un elegante toque futurista. Y jamás pensé que diría que un teléfono en color dorado metálico me parece bonito pero la verdad es que después de usarlo durante unos días comenzó a parecerme verdaderamente atractivo. Es un diseño, en cualquier caso, que llama mucho más la atención y atrae más miradas que el del iPhone 6s Plus, más sobrio y discreto sí, pero también más soso.
Hablando de bordes ¿qué ocurre con esos laterales activos del Edge+? Mi humilde opinión es que, por cansinos, merecen la pena ser olvidados. Samsung permite lanzar aplicaciones rápidamente desde ahí o llamar a contactos de manera más accesible pero en mi experiencia ni acaba de merece la pena ni la experiencia es lo suficientemente fiable (a veces salta el menú, a veces no) como para que de verdad sea inteligente tenerlo en cuenta. Un añadido fútil sin más.
Sobre el almacenamiento: aquí gana Galaxy de calle, la opción más básica comienza en 32 GB, al contrario de lo que ocurre con el iPhone donde cuenta tan solo con los polémicos 16 GB.
Tiene carga inalámbrica rápida, el iPhone no.
En cuanto a la cámara, dos detalles interesantes que son superiores en este caso: la cámara frontal tiene también 5 Mpx pero el angular de la lente es mucho mayor y los resultados generalmente mejores, hay una optimización por software de suavizado de la piel que si no está al máximo (con efecto de muñeca de porcelana) mejora la foto final. En baja luminosidad la mayoría de fotos también son mejores en el Galaxy con mejores colores. Ah, y la trasera cuenta con unos pocos más megapíxeles (16 frente a los 12 del iPhone), pero no importa demasiado.
Lo que el iPhone 6s Plus hace mejor
Es un iPhone ¯\_(ツ)_/¯ es un teléfono más cerrado, más limitado y más vallado. Pero tiene una experiencia de usuario impecable. Es notorio, de hecho, lo poco que varía la experiencia de de usar un iPhone con la pantalla más pequeña a usar en el Plus. Se beneficia como decíamos del tamaño en aplicaciones como YouTube, Twitch o Kindle pero como la interfaz es muy parecida la experiencia es muy uniforme.
El teléfono, en general, vuela, y pese a que sus prestaciones está por detrás la fluidez es mucho, mucho mayor en todo el sistema en el iPhone que en el Edge+. A esto se le añade las chapuzas habituales de Samsung optimizando la RAM en sus dispositivos pero, sensaciones aparte, con un procesador que aparece por detrás según la hoja de características el iPhone consigue mejores resultados en Single Core (2529 vs 1451, medido con Geekbench) por kilómetros. La fluidez de los gráficos, especialmente en juegos, es casi del doble, y se nota mucho en algunos como Hearthstone.
Sobre la cámara, que mencionábamos al inicio, el iPhone tiene más rango dinámico, los colores son generalmente mejores y los resultados en vídeo, sobre todo con el estabilizador bastante superiores con respecto al Galaxy. La función de grabación a cámara lenta en los Galaxy es un mal chiste, así que en ese apartado no han de esforzarse mucho para superarlo.
Touch ID, además, es increíblemente rápido en el caso del iPhone, tanto que normalmente basta con pulsar rápidamente el botón de inicio para que cargue la pantalla con las aplicaciones aunque el del Edge+ no funciona nada mal y no renquea en cuestiones de velocidad, todavía le queda bastante para alcanzar el de su competidor.
Las aplicaciones en el caso del iPhone, y aunque ya no es tan grave como antaño, están en general mejor cuidadas y mejor optimizadas en iOS, algo de lo que el 6s se beneficia directamente. Los saltos entre versiones (iOS 8 a iOS 9 en este caso) son mucho más acelerados también aquí, lo que impulsa a los desarrolladores a adaptar sus aplicaciones a la última versión y por tanto también al iPhone. En el caso de Marshmallow probablemente todavía tardemos meses en que ocupe una porción significativa del pastel de Android.
La batería, aunque siempre es algo muy subjetivo, me ha durado siempre muchísimo más en el caso del iPhone que en el caso del Galaxy S6 Edge+.
Siri es también infinitamente superior en el iPhone que en el Galaxy, no sólo en cuanto a funciones, sino en cuanto a la posibilidad de activar el asistente directamente con la voz. Tal y como explicamos en nuestra reseña del iPhone 6s, verdaderamente cambia toda la experiencia.
3D Touch, por último, hace del iPhone 6s Plus una experiencia mucho más grata de usar, casi divertida. Todavía no es determinante, todavía no es algo que decante del tirón la batalla entre dos terminales así (todavía), pero sin duda hay que tenerlo en cuenta.
Solo puede quedar uno: el veredicto
Realizar una comparativa como esta y no alzar el puño de un claro vencedor a lo Myke Tyson es un poco de cobardes. Pero aquí viene el giro en el guión: sigue siendo una cuestión subjetiva.
iPhone vs Galaxy sigue despertando la misma cantidad de discusiones acaloradas en términos de superioridad pero, como hemos visto, la mayoría de estas diferencias se acogen mejor bajo el término “matices” que sobre el de “K.O sin compasión”. Galaxy despunta en ciertas áreas, el iPhone 6s en otras.
Si quieres:
- Android
- Cámara buena en baja luminosidad, buenos selfies.
- Almacenamiento base de 32 GB.
- Mejor pantalla.
Galaxy S6 Edge+ es tu elección.
Si quieres:
- iOS
- Un asistente de voz solícito a tu llamada, Siri.
- Mejor batería.
- Más fluidez y mejores aplicaciones.
- 3D Touch.
El iPhone 6s Plus es tu elección.
Ambos contendientes están cansados, pero es hora de que sigan luchando en los comentarios. Vuestro turno.
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