YouTube tiene más de mil millones de usuarios. Cada minuto se suben a la plataforma 400 horas de vídeo y a cada vídeo se le asigna una ID de 11 caracteres con letras, números y guiones. Puedes ver estos códigos en los enlaces y en la barra de direcciones del navegador. ¿Es posible que se acaben algún día?
El youtuber Tom Scott se pregunta lo mismo en su último vídeo. Para resolverlo hay que entender primero qué significan y cómo se generan estas ID. Cada código (por ejemplo gocwRvLhDf8) representa un número en base 64. Los humanos estamos acostumbrados a contar con el sistema decimal, que se compone de diez cifras: 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9 (base 10). Los ordenadores cuentan en binario, con unos y ceros (base 2), pero en general son buenos manejando números en potencias de dos —como el 64.
La peculiaridad del sistema de base 64 es que es la mayor potencia de dos que puede ser representada utilizando únicamente los caracteres imprimibles de ASCII. Es decir, para representar un número en base 64 basta con las letras en mayúsculas (A-Z), las letras en minúsculas (a-z), los números (0-9) y otros dos caracteres cualquiera de ASCII (YouTube usa los guiones “_” y “-”).
Un abanico de 64 caracteres permite escribir un número gigantesco en un espacio pequeño, en este caso de 11 cifras. Las IDs de YouTube son precisamente eso: números enormes representados en base 64. Pero ésta es sólo la mitad de la historia; se hace así por otra razón, y tiene que ver con la privacidad.
Si YouTube asignara a cada vídeo un número incremental (vídeo 1, vídeo 2, vídeo 3...), entonces un algoritmo podría indexarlos todos y darnos acceso también a los que están ocultos y no aparecen en el buscador. Además sabríamos cuántos vídeos existen exactamente y a qué ritmo crece la web. Sería una pésima idea.
Pero no funciona así. Cuando se sube un vídeo nuevo, YouTube genera un número al azar y comprueba si está en uso: si lo está, prueba con otro y así hasta asignar uno libre. ¿Cuándo se acabarán todas las IDs disponibles? Bueno, si cada una tiene 11 caracteres y los números están en base 64, entonces basta con calcular cuánto es 64 elevado a 11 para saber cuántas URL distintas existen.
La respuesta es 73.786.976.294.838.206.464. Eso es suficiente para que cada persona del planeta Tierra suba un vídeo nuevo cada minuto durante los próximos 18.000 años. Parece más que suficiente. Y si acaso se terminan, basta con añadir un dígito más para aumentar las opciones exponencialmente. [Tom Scott]