El otro día vimos los televisores 4K de Samsung, incluyendo un modelo gigante que es capaz de cambiar su grado de curvatura. Todos lucían bastante bien, pero no pueden compararse ni por asomo al LG OLED 4K, y la razón son esas cuatro letras: OLED.
Los televisores de Samsung utilizan hileras de LED convencionales para iluminar el panel desde atrás. Debido a que iluminan por zonas, esto lleva a que los tonos negros no son tan perfectos como nos gustaría. De igual manera, si un objeto muy brillante aparece cercano a uno muy oscuro, el primero derrama un halo de luz sobre el segundo. Incluso a pesar de estos pequeños fallos, los televisores de Samsung probablemente sean mucho mejores que lo que tenemos en casa, pero no son mejores que el OLED.
En los paneles OLED no hay retroiluminación. Cada pixel emite su propia luz. El efecto es sencillamente impresionante. Los negros son puros y uniformes, y no hay ningún tipo de halo residual entre zonas de luz y oscuridad intensas.
Estuve un buen rato contemplando el modelo OLED de LG de 77 pulgadas y, como ya os adelantaba en el titular, me ha enamorado. Los colores son brillantes sin caer en una excesiva saturación. En lugar del movimiento un poco a saltos y con halos que pude apreciar en los televisores de Samsung, en el OLED de LG el movimiento es suave y nítido. Es probable que el problema de los Samsung fuera precisamente un software opcional para suavizar el movimiento que nadie debería utilizar nunca. Los blancos en el modelo de LG son puros, y los negros equivalen a contemplar la oscuridad del cielo en una noche sin estrellas.
Samsung no es la única compañía en presentar un televisor que pasa de curvo a recto con solo pulsar un botón. Panasonic también lo ha hecho, y está muy bien, pero no se puede comparar, insisto, a la impresionante calidad de un panel OLED. ¿La mala noticia? El OLED de LG es todavía un prototipo. Se cree que tanto LG como Samsung comercializarán sus primeros OLED en la segunda mitad de año, y cuando lo hagan, su precio será, casi con toda seguridad, astronómicamente caro.
Para ser completamente sincero, aún no estoy convencido al cien por cien de que un televisor con panel curvo sea razón suficiente para un precio superior, pero si las cifras son similares entre planos y curvos, estos últimos proporcionan una mayor sensación de inmersión y profundidad. Sea como sea, el OLED 4K de LG es uno de esos equipos que te hará replantearte cambiar el tuyo, por reciente que sea.
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