Producida por la compañía educativa Pinkfong y acompañada de pasos de baile, primero se volvió viral en el sudeste asiático y luego en Estados Unidos y Europa. Alcanzó el número 6 en la lista de singles del Reino Unido y el número 32 en Estados Unidos.

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Por cierto, lo que decíamos al comienzo es literal. El mes pasado, Baby Shark fue noticia porque tres trabajadores de la prisión de Oklahoma fueron acusados ​​de crueldad con los prisioneros después de que supuestamente esposaron a los presos y los obligaron a pararse y escuchar el tema durante horas. El fiscal de distrito David Prater dijo que la canción repetida habría agregado “estrés emocional indebido a los presos que probablemente ya estaban sufriendo”. [The Guardian]