Ocurrió hace 47 años, tanto, que durante un tiempo la gente se olvidó de la historia y creían que se trataba de una leyenda urbana. Sin embargo, realmente ocurrió. En 1970 no sabían como quitarse de encima a una enorme ballena muerta de las costas de Oregón. ¿La solución? Dinamita.
Aunque el incidente había tenido lugar hacía mucho tiempo, la historia nunca llegó a desaparecer del todo. Se transformó en una leyenda urbana para luego volverse muy real con la llegada de Internet a mediados de los 90. De hecho, la fascinación por lo ocurrido se intensificó cuando un clip de vídeo de la cadena de noticias que cubrió la noticia se hizo viral. Efectivamente, alguien había ordenado la explosión de una descomunal ballena.
El suceso comenzó a comienzos de noviembre de 1970. Una ballena muerta de 13 metros de largo y ocho toneladas había quedado varada en una playa al sur de Florencia, Oregón. Al principio fue una curiosidad para los residentes locales y visitantes de la playa, sin embargo, con el paso del tiempo se convirtió en algo desagradable para los locales: la ballena desprendía un olor nauseabundo, y cada día era peor que el anterior.
En ese momento, las autoridades decidieron actuar para tratar de limpiar la playa. ¿Cómo? Se consultó a la Marina y se llegó a un consenso inaudito: un plan para destruir la grasa del animal en mil pedazos usando media tonelada de dinamita. Lo poco que quedaría sería alimento para las gaviotas.
El trabajo fue encomendado al ingeniero de caminos, George Thornton, quién hacer volar en mil pedazos la ballena. Su equipo llegó a la conclusión de que lo harían como si se tratara de una gran roca, es decir, necesitarían unas 20 cajas de dinamita.
La carga fue enterrada a un lado de la ballena con la intención de volar sus restos hacia el Océano Pacífico. En muy poco tiempo se corrió la voz del “evento”, y hasta allí se acercó a cubrirlo el periodista Paul Linnman, de la cadena KATU, el mismo cuya ingeniosa narración hizo que los espectadores sospecharan que todo fue una broma.
Cuando Linnman llegó a la zona entrevistó a Thornton en la playa, se grabó frente a la cámara junto a la ballena en descomposición, y se quedó con decenas de espectadores a una distancia “prudencial” esperando la explosión.
Como se puede apreciar en el vídeo (filmado en Super 8), lo que en un principio son gritos de emoción por el acontecimiento, luego y tras la explosión, pasan a ser gritos de alarma y disgusto. No se puede apreciar con claridad en la secuencia, pero, literalmente, llovían pedazos enormes de ballena en descomposición del cielo.
Muchos de los coches, incluyendo el del propio Linnman, quedaron destrozados por el impacto de los restos. Afortunadamente, ningún espectador resultó herido, tan sólo algunos acabaron “bañados” con pequeñas piezas de la carne de la ballena.
Como el propio Linnman concluyó aquel día mientras observaba el monstruoso escenario: “Se podría concluir que si una ballena alguna vez llegara a la costa nuevamente, los que están a cargo no solo recordarán qué hacer, sino que ciertamente recordarán lo que no deben hacer”.
No le faltaba razón, cuando en 1979 llegaron a las mismas playas una manada de 41 ballenas muertas, las autoridades las quemaron y las enterraron. [Wikipedia, Snope]