Dos años antes de que tuviera lugar el legendario combate, Bruce Lee ya había comenzado a labrar su leyenda. En cuestión de segundos fue capaz de derrotar al judoka Jesse Glover con una sucesión de golpes inaudita. Así que el mito de las artes marciales, el hombre espectáculo que dio a conocer el espíritu de varios estilos de lucha, no se iba a amedrentar con la carta que recibió en 1964. Se trataba de un desafío único, una pelea real, sin reglas ni límites, que dirimiría el futuro de Lee. Hablamos de la pelea que enfrentó al mito contra el maestro Wong Jack Man.
El encuentro entre ambos tuvo lugar años antes de que Bruce Lee se convirtiera en una celebridad allá por los años 70. Aunque había trabajado en algunos producciones de niño, la primera parte de la vida de Bruce Lee estuvo marcada por sus estudios y la práctica y desarrollo de las artes marciales.
Primero en su niñez a través de su padre, quién le enseño tai chi como medida de defensa. Se trata de un arte marcial cuyo origen estaba definido para la lucha cuerpo a cuerpo, aunque hoy es ampliamente considerado como una práctica físico-espiritual. Luego aprendió el estilo que lo definió, el Wing chun a través del maestro Yip Man. Un arte marcial chino y una forma de defensa personal a través de golpes y agarres, siempre centrado en el combate cercano. Además tenía cierta similitud con el tai chi en cuanto a que ambos hacen uso de la meditación a través de la relajación, el equilibrio o el autoconocimiento.
Una vez en Estados Unidos desarrolló su propio estilo, o como él mismo lo definía, una filosofía de vida: el jeet kune do. En esencia se trataba de un método de combate que bebía del kung fu, una revisión de Lee donde había un poco de boxeo occidental, de wing chun, de eskrima o incluso del estudio que hizo Lee de la fisionomía del cuerpo humano.
Pero como decimos Lee llevó el método a un estado superior. Para el hombre el jeet kune do definía su filosofía de vida. Realmente de lo que se trataba era de no limitarse, por ello siempre dijo que el sistema siempre estaría en evolución, independiente de cualquier otro, siempre estaría en constante cambio.
Con este conjunto de habilidades Bruce Lee llegó al estrellato de Hollywood años más tarde. Dicen que en vida golpeaba tan rápido que las producciones debían ralentizar la grabación de sus peleas. Y de ello da fe Chuck Norris. Así que con esta perspectiva hubo un tipo que creía que era más fuerte que el mismísimo Bruce Lee. Cuentan que en vida sólo tuvo tres grandes peleas reales, y la que tuvo lugar a su llegada a California sería, a priori, la más importante y difícil de toda su trayectoria.
El desafío
Era el año 1964, fecha en la que Lee trataba de salir adelante con su escuela de artes marciales en Oakland, California. Tres años antes, en 1959, había huido de Hong Kong en busca de una nueva vida en San Francisco, lugar donde el mito nació en 1940. A los tres meses de nacer sus padres regresaron a Hong Kong, así que con 24 años la idea de Lee era regresar y obtener la nacionalidad norteamericana estableciéndose en Estados Unidos.
Entre estudios y diversos trabajos acabó abriendo su primera escuela de artes marciales en 1963. Se trataba del Jun Fan Gung Fu Institute en la ciudad de Seattle. Un centro que alcanzó cierto reconocimiento en muy poco tiempo y donde empezó a desarrollar una versión muy personal del kung fu: el jeet kune do. De Seattle se trasladaría a California para continuar con sus estudios en la Universidad de Washingtion en Oakland. Allí abrió su segunda escuela de artes marciales, la Oakland Gung Fu Institute.
A comienzos del 64 el jeet kune de Lee ya era ampliamente criticado por los maestros más puristas de las artes marciales tradicionales de China. En esencia la describían como un arte marcial híbrido, aunque muchos achacaban esta crítica al reciente interés que estaba despertando el estilo de Bruce. Cada vez más popular, los maestros que tenían el monopolio del mercado en Estados Unidos en la década de los 60 veían amenazado su status quo.
Para muchos de estos maestros el jeet kune no era más que una burda fusión marcial influenciada por las tendencias ideológicas de occidente. Además le achacaban que se centraba en la búsqueda de la efectividad como pilar básico. El mismo Bruce partía de un principio que luego popularizó, el JKD tenía como fundamento que el ser debe ser como el agua, es decir, que los sistemas de artes marciales deben ser tan flexibles como sea posible, y el agua es usada como analogía debido a su infinita adaptabilidad.
Sea como fuere, en ese clima de crispación entre la comunidad y las escuelas cercanas a la suya en Oakland, una mañana de otoño de 1964 se presenta en la entrada de su centro de clases David Chin. El hombre se encuentra a Bruce Lee estirado en el suelo. Las clases no habían empezado aún y Lee leía un libro mientras parecía estar estirando.
Chin se acerca y le entrega un sobre. Bruce lo abre y comienza a leer una carta escrita en cantonés. Cuando la termina de leer mira fijamente a Chin y se ríe. La carta al pequeño dragon era una dura crítica a las formas en las que estaba llevando las enseñanzas orientales. Venía firmada por varios maestros afiliados a la Gee Yau Seah Academy tras haber acudido a una demostración en público de Bruce días atrás.
Acto seguido Bruce se levantó y comenzó a elevar la voz. El hombre se sentía insultado por aquellos que no apreciaban sus habilidades. En las últimas semanas había recibido varias misivas en el mismo tono amenazante y esta parecía haber colmado la paciencia de Lee. La carta proponía un encuentro entre Bruce y el maestro Wong Jack Man, fiel defensor del estilo Wing Chun clásico, que dirigía una escuela a varios kilómetros de distancia.
El encuentro que se proponía era un combate, una confrontación física que debía arreglar las diferencias. Lee aceptó el reto sin dudarlo y le dijo a Chin que se lo hiciera saber. De esta forma, en un mes debían estar frente a frente Lee contra Wong.
Por aquel entonces y para promover la escuela, Bruce Lee realizaba con frecuencia pequeñas demostraciones en público de sus habilidades. A pesar de que no era aún el Bruce Lee que todos conocemos por las películas, el hombre había llevado a la calle ejercicios de jeet kune, un éxito rotundo debido también a sus dotes de teatralidad.
Una de las demostraciones que más encandilaban era el denominado golpe de una pulgada. Se trata de una técnica de las artes marciales que tiene al puñetazo como protagonista, en este caso a muy corta distancia (de 0 a 6 pulgadas). Una habilidad que hace uso del fa jin (algo así como poder explosivo) con el que se genera una gran cantidad de fuerza de impacto a distancias cortas.
Funciona de la siguiente forma (con ligeras variaciones): un profesional está de pie con el puño muy cerca del objetivo. Acto seguido y tras un rápido movimiento de muñeca, es capaz de producir la fuerza necesaria. Mientras, la muñeca es sostenida con los nudillos mirando hacia fuera sobre un eje horizontal, luego la muñeca se mueve hacia arriba y se produce un golpe con los nudillos inferiores (un ejemplo con variantes lo tenemos en Kill Bill: Vol. 2, cuando Uma Thurman perfora el ataúd donde la habían enterrado viva).
Se dice que Bruce Lee lo popularizo a raíz de la demostración que tuvo lugar en el Long Beach Internacional Karate Championships del 64. Y desde ese momento ha sido objeto de fascinación y estudio. Incluso la Universidad de Stanford, a través del estudio de la investigadora Jessica Rose, llevó a cabo un trabajo que pudiera explicar el movimiento. Rose, después de analizar cientos de vídeos de Bruce Lee, decía que la base del mismo es una conjunción de habilidades.
La investigadora decía que “cuando ves el puño de una pulgada, puedes ver que sus piernas se estiran con una rápida y explosiva extensión de sus rodillas”, lo que a su vez produce un giro rápido de sus caderas, dando a su vez aceleración al brazo con el que va a golpear. Para Rose no hay duda de que el uso de varios de los músculos de su cuerpo concentrados en una pequeña área de golpe es clave, pero también lo es la gran coordinación de Lee entre brazos, rodillas, muñecas, caderas y codos; todos con un pico de aceleración que deben actuar uno detrás del otro en perfecta armonía. En cualquier caso y como vemos en los vídeos, Bruce Lee no debía ser el tipo adecuado con el que retarse a una pelea. Wong Jack Man en cambio lo tenía claro.
Volviendo al día en el que Lee recibe el desafío, el hombre que se había acercado aquella mañana a darle la carta, David Chin, era un entusiasta del Wing Chun más purista. Había oído hablar de Bruce Lee y fue el que le sugirió a Wong que podría ofrecerle al pequeño dragón la dosis necesaria de humildad. El estilo de Wong era clásico, muy clásico si lo comparamos con el de Bruce Lee. También era ligeramente más alto que Bruce y a diferencia de este prefería luchar a cierta distancia.
Cuando Chin le hizo saber a su amigo que Bruce Lee había aceptado el combate, este estuvo de acuerdo. Para Bruce Lee no era el primer enfrentamiento real. Desde niño se vio envuelto en varias peleas callejeras y numerosos altercados, en ocasiones a punto de acabar en la cárcel.
Tras una serie de correspondencias se fija la fecha y la hora. Ya solo quedaba esperar al día del combate.
Bruce Lee vs Wong Jack Man
Diciembre de 1964. Al llegar la noche ya estaba todo preparado. El combate iba a tener lugar en una de las salas donde Bruce Lee impartía las clases. Con el mito se encontraban su mujer Linda y el asistente en el centro y amigo de la familia, Jimmy Lee. A la hora señalada tocan en la puerta de entrada, Jimmy abre y se presentan Wong y varios compañeros de este.
Todo estaba listo, aunque aún existían ciertas discrepancias sobre las bases del combate. Con el paso de los días Wong había comunicado a Lee que veía la pelea como un combate de entrenamiento, una demostración de las habilidades de cada uno. Para Bruce se iba a tratar como una pelea callejera, un combate donde no debían existir límites. Wong pretendía poner ciertas reglas (por ejemplo no pegar en los genitales o en los ojos) pero finalmente Bruce comunicó que si iba a pelear y además él era el retado, se haría bajo sus normas (sin reglas).
En lo que no había ninguna duda era en los términos de lo que sucedería dependiendo del ganador. Si Bruce Lee ganaba tendría libertad absoluta para enseñar sus métodos a cualquier persona que no fuera china. En cambio, si Wong ganaba, Lee debía dejar de enseñar a los extranjeros y cerrar el centro.
Va a comenzar la pelea. Ambos se acercan. Se saludan. La pelea se inicia con Bruce arremetiendo inmediatamente después del apretón de manos, una lluvia de golpes que sorprendieron a Wong. Un golpe directo en la frente seguido de una ráfaga de patadas y puñetazos en varios puntos del cuerpo del contrincante. Wong se movía lateralmente, en círculos alrededor de Lee, mientras que Bruce trataba de mantenerse cerca del oponente.
Desde el comienzo se pudo apreciar que se trataba de dos estilos opuestos. Wong no era agresivo, o al menos no era tan temperamental como Lee. El maestro de tai chi estudiaba los golpes de Lee y se movía esquivando los golpes de este. Días atrás le había comentado a sus amigos más íntimos que no quería hacer uso de patadas porque las consideraba su arma más peligrosa y no quería dañar seriamente a Lee.
Y aunque el combate pintaba épico, lo cierto es que lo que pasó a partir de aquí tiene varias interpretaciones dependiendo de los autores. Si atendemos al relato de Linda en el libro que escribió sobre la vida de su marido, Bruce Lee: the man only i knew, los acontecimientos se asemejan mucho a lo que el mismo Bruce contaría años después. Así lo cuenta el relato de Linda:
Ambos salieron a luchar, se inclinaron formalmente y comenzaron a luchar. Wong adoptó una postura clásica mientras que Bruce, que en ese momento todavía hacía uso del estilo Wing Chun, comenzó una serie de golpes directos. Al cabo de un minuto, los hombres de Wong intentaron detener la pelea al ver que Bruce estaba golpeando a Wong.
James Lee les advirtió que la lucha debía continuar. Un minuto más tarde, con Bruce impactando continuamente sobre el cuerpo de Wong, este comenzó a recular. Daba la sensación de que estaba rehuyendo la pelea. Hubo un momento en el que la situación parecía una farsa, con Wong corriendo en círculos mientras Bruce le perseguía.
Al final Bruce se abalanzó sobre él como un leopardo y lo tiró al piso, momento en el que comenzó a golpearle mientras le decía: “¿Es suficiente?, ¿crees que con esto ya tienes suficiente?”. Wong finalmente cedió y gritó “¡Es suficiente!”, a lo que Bruce le exigió una segunda respuesta para asegurarse de que entendía que aquello era el final de la pelea.
Años después, durante una entrevista en la revista Black Belt, el mismo Bruce Lee comentaría lo siguiente (sin nombrar a Wong directamente):
Me vi envuelto en una pelea en San Francisco con un “gato del kung fu”. Nada más comenzar el encuentro ese hijo de puta empezó a correr. Lo perseguí, como un tonto le fui pegando en la espalda y en la cabeza. Pronto mis puños comenzaron a hincharse debido al golpeo con fuerza en la cabeza. Ese fue el momento en el que me di cuenta de que el estilo Wing Chun no era la mejor práctica y empecé a cambiar mi forma de luchar.
En el libro Linda cuenta que la pelea tuvo una duración de no más de tres minutos. Sin embargo y en contraste a las palabras de Bruce y su esposa, Wong dijo que la lucha había durado unos 20-25 minutos y que se había parado una vez que el hombre se tropezó. Al ver que Bruce Lee estaba muy caliente y que este podría dañar seriamente a Wong, los allí reunidos decidieron separarlos y disolver la pelea.
Como muchos de los pasajes que se cuentan sobre Bruce Lee, el mito y la leyenda se cruzan dejando tras de sí una línea difusa de lo que fue o no realidad. Pero lo cierto es que tras la pelea Bruce Lee continuó dando clases a todo aquel que quiso, razón de peso para pensar que el relato se acerca mucho más a la versión de Bruce y su mujer.
Meses después del encuentro con Wong nacía su hijo Brandon y un año después comenzaba a despegar su carrera con el personaje de Kato en la serie televisiva The Green Hornet. Precisamente y con motivo de la misma, a Bruce Lee se le entrevistó en un canal de televisión. Al pequeño dragón le preguntaron una vez más por Wong y esa legendaria pelea sin reglas. Bruce no dijo mucho, a parte de referirse al maestro del tai chi como un gran corredor.