El personaje de la izquierda, un conejo con aspecto humano, podría ser el Bugs Bunny de los mayas. En esa viñeta está diciendo algo atrevido que se traduce como “huele tu sudor, pene hechicero”. A la derecha se puede ver al conejo escondido detrás de la figura de un dios. El dibujo está hecho para hacer reír.
Los mayas pintaban estas historietas en las vasijas que usaban para beber. Tenían texto y dibujos que contaban una historia a medida que se giraba la copa. ¿Son los cómics un invento de los mayas? Eso se pregunta Søren Wichmann, un lingüista de la Universidad de Leiden (Holanda), en su libro The Visual Narrative Reader —su última recopilación de estudios científicos sobre narrativa visual.
Las vasijas de los mayas eran objetos preciados que a menudo se intercambiaban para facilitar negociaciones políticas y construir alianzas. “Era la pieza de arte de mayor calidad que podías tener” explica Whichmann. Además de estar mejor considerados que los cómics modernos, las historietas de los mayas tenían una narración distinta: solían representar unas pocas escenas de historias ya conocidas por el lector, por lo que la secuencia principal no se contaba.
A través de sus pinturas, los mayas disfrutaban del mismo humor (aparentemente universal) que vemos en los cómics varios cientos de años después: animales divertidos, malos olores y chistes verdes. Los lingüistas creen que la narrativa visual es tan natural como el habla. La diferencia es que, en la civilización maya, los cómics eran un regalo para reyes. [vía BBC Future]
Imágenes: Justin Kerr / BBC
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