César Alierta, jefe de Telefónica, ya dejó caer ayer sin tapujos su opinión sobre el nuevo estado del mundo de la telefonía: no le gusta nada. Pero nada. "Los duopolios [en referencia a iOS y Android] no son beneficiosos en ninguna industria", aseguró. Hoy, en una nueva intervención en el Mobile World Congress, ha vuelto a dejar claro que los operadores están hartos. "La experiencia de los clientes", dijo, se puede ver seriamente perjudicada por los "nuevos monopolios". No nombró en su discurso a Apple y Google, no hacía falta. "Algo no está funcionando en Europa", dijo. ¿Su solución? Unirse para competir contra iOS y Android. Pero está claro lo que todo el mundo se preguntaba: ¿por qué se queja Alierta de monopolios cuando los operadores disfrutaron del suyo en cada país durante décadas?
Firefox OS, el sistema operativo en software libre de Mozilla, es una de las apuestas de Telefónica y otros 17 operadores para combatir el dominio de Apple y Google en telefonía. Ambos controlan más del 92% de la cuota de mercado de las plataformas móviles a nivel mundial, y Google más del 90% del mercado de buscadores en muchos países.
Este discurso de Telefónica, y el resto de los operadores, no es nuevo. Apartados y desintermediados por Apple, Google, Facebook y compañía, ahora necesitan recuperar un tiempo y un terreno perdido muy valioso.
Sin embargo, sorprende la falta de autocrítica en el mensaje de Alierta: que los operadores se hayan quedado atrás no es culpa de Apple o Google, es culpa de los operadores. Se llama mercado. Y competencia. E innovación (o ausencia de ella).
"La revolución digital ha creado un ecosistema cuyo status quo actual ha supuesto un retroceso en la libertad de elección de nuestros clientes que se ven recluidos en ecosistemas cerrados al tiempo que han emergido nuevas posiciones dominantes no reguladas", dijo.
La alternativa, aseguró el máximo responsable de la operadora, es crear un mercado único de telecomunicaciones en Europa, con un único regulador. De momento, complicado que lo veamos a corto plazo.
Lo bueno de todo este discurso, de esta actitud de pelea, son precisamente proyectos como Firefox OS, donde habla la innovación y la tecnología y la burocracia se queda detrás (ojalá). Si Firefox OS hubiera llegado dos o tres años antes, hoy el discurso de Alierta y el resto de los operadores, seguro, habría sido diferente. Más vale tarde que nunca.
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