
Con trajes especiales para protegerse de los productos químicos tóxicos, un pequeño equipo de especialistas de la misión ha completado el abastecimiento de combustible que tardó 10 días para el próximo telescopio espacial Webb. Por fin, la misión demorada desde hace mucho tiempo comienza a sentirse real.
El abastecimiento de combustible se completó el 3 de diciembre en la instalación de preparación de carga útil en el puerto espacial de Europa, en la Guayana Francesa, según un comunicado de la ESA. Es un hito importante, ya que todo lo que queda es que los especialistas de la misión monten el telescopio sobre un cohete Ariane 5, hagan algunos ajustes finales y después lo desplieguen en la plataforma de lanzamiento.
A riesgo de maldecir este proyecto internacional, debo decir que esto por fin comienza a sentirse un poco como una misión normal. El proyecto ha estado plagado de problemas, por lo que el aprovisionamiento de combustible, el cual sucedió sin incidentes, parece una pequeña victoria en sí mismo. Y, de hecho, el abastecimiento de combustible solo se permitió después de que los investigadores de la NASA determinaran que el Webb no sufrió daños tras un incidente de procesamiento que provocó que una vibración recorriera toda la estructura.
Los especialistas que realizaron el repostaje de combustible tuvieron que usar trajes de tipo Conjunto de Protección Atmosférica Autónoma (SCAPE), para protegerlos de los propelentes altamente tóxicos: oxidante de tetróxido de dinitrógeno e hidracina.
Webb es un telescopio, pero también es una nave espacial. El observatorio de próxima generación, construido por la NASA, la ESA y la Agencia Espacial Canadiense, necesitará combustible para realizar importantes correcciones de rumbo tras la separación del cohete Ariane 5. A diferencia de su predecesor, el telescopio espacial Hubble, Webb no realizará su trabajo en la órbita terrestre baja. El sensible telescopio infrarrojo necesita un entorno súper frío, por lo que se enviará a aproximadamente 1,5 millones de kilómetros, al segundo punto de Lagrange (o L2). Esta órbita especial alrededor del Sol mantendrá a Webb frío y alineado con la Tierra. Un escudo solar protegerá sus instrumentos de la luz y el calor excesivos.
El Webb también necesitará propelente para realizar operaciones normales, como reubicar el observatorio y gestionar su impulso en el espacio. Webb se pondrá a trabajar aproximadamente seis meses después del lanzamiento, momento en el que finalmente seremos testigos del poder de esta estación de batalla completamente armada y operativa… digo, este telescopio infrarrojo. Al igual que Hubble, Webb realizará amplias observaciones del sistema solar, la Vía Láctea y galaxias distantes, pero será mucho más potente y probablemente revelará detalles ocultos, como las galaxias más antiguas del universo y la composición atmosférica de exoplanetas distantes.
El siguiente paso es colocar a Webb encima de Ariane 5 y asegurarlo dentro de la cofia del cohete. Desde allí, el cohete será transportado al Edificio de Ensamblaje Final para los ajustes finales necesarios antes del lanzamiento. Actualmente estamos a solo unas semanas de este momento histórico, y pronto serán solo unos días, después pocas horas y finalmente minutos. Parece irreal, pero honestamente no creeremos nada hasta que veamos este cohete dirigirse hacia el cielo.