
Ya sabemos cómo funciona el juego de Apple: esperan a que alguien abra un nicho de mercado interesante y se lanzan a por él con un producto que parece llegar tarde, pero que es lo bastante novedoso para imponerse. Bien, ¿en qué se diferencia el HomePod de los demás altavoces inteligentes?
Para empezar, esperábamos una respuesta directa al Echo de Amazon —un “Siri Speaker” cuyo protagonista fuera el asistente virtual—, pero lo que han presentado hoy es un altavoz inalámbrico que los amantes del sonido disfrutarán tanto como los clientes incondicionales de Apple. Esto es significativo porque e Echo y Google Home no destacan precisamente por su calidad de audio. Recordemos que Apple compró Beats hace tres años.
El Apple HomePod es un sistema de audio de alta fidelidad que la compañía de Cupertino compara con el célebre Sonos PLAY 3. Tiene un haz de siete tweeters con control direccional y un woofer de alta excursión que promete graves potentes sin distorsionarse. El HomePod puede combinarse con otra unidad para crear sonido estéreo, y lleva un procesador A8 (el mismo que usaba el iPhone 6) para optimizar las frecuencias del audio según las dimensiones de la habitación y la proximidad de las paredes.
En su faceta de altavoz inteligente, el HomePod sí que se parece mucho a un Amazon Echo o a un Google Home. Por ejemplo, basta con decir “Oye, Siri” para comunicarte con su inteligencia artificial. El altavoz detecta tu llamado a través de su array de seis micrófonos y se conecta a Internet para responder a tus preguntas más estúpidas. También puedes pedirle que mande un mensaje de texto, cree un recordatorio o apague las luces de tu casa, siempre que tengas bombillas compatibles con Apple HomeKit.
Pero Apple cree —y en mi opinión, acierta— que la mayoría de las veces querrás pedirle a tu HomePod que ponga música. Por eso el equipo de Siri ha preparado una serie de mejoras para que el asistente entienda peticiones y preguntas como “Oye, Siri: ponme la banda sonora de Moana” y “Oye, Siri: ¿quién es el batería de esta canción?”. Y también otros comandos más naturales y complejos como “Oye, Siri: pon otra cosa”. El asistente aprende de tus gustos musicales y de la enorme base de datos de Apple Music —40 millones de canciones— para construir mejores listas de reproducción.
Un punto a favor del HomePod que podría pasar desapercibido es que no lo fabrica una compañía dedicada a la publicidad. Según la propia Apple, el altavoz solo envía audio a sus servidores cuando dices “Oye, Siri”, y lo hace de manera cifrada. Tampoco almacena datos, excepto de manera local. Esto puede ser un factor decisivo para las personas que recelan del manejo de su privacidad y quieren limitar lo que saben las marcas, especialmente cuando hablamos de un aparato con seis micrófonos que vas a colocar en el salón.
Quizá lo más decepcionante del HomePod sea la anticipación con la que Apple lo ha presentado. El altavoz no saldrá hasta diciembre en Estados Unidos, Reino Unido y Australia, y en principio solo funcionará en inglés. Tal vez en septiembre, cuando se presenten nuevos iPhones, sepamos algo más sobre él. ¿Se podrán comprar cosas con el HomePod? ¿Será compatible con servicios de terceros a través del SDK de Siri? Por ejemplo, no sabemos si el HomePod va a tener soporte para Spotify o si en cambio Apple nos obligará a pasar por el aro de Apple Music (por favor, Apple, no hagas eso).
Pero en general creo que el HomePod es uno de los productos más diferenciadores que Apple ha presentado últimamente (junto con los AirPods, curiosamente otro producto de audio). Y aunque cueste 349 dólares, estoy convencido de que puede hacer daño tanto a Amazon como a Sonos. Al fin y al cabo, promete ser lo mejor de cada casa.