Aparte de inflarlo, hay que colocarle también las ruedas, un pequeño motor eléctrico, la batería y el manillar. En total, todo el invento pesa algo más de 5 kilos, pero el equipo detrás de Poimo afirma que se podrá reducir notablemente su peso si el prototipo pasa a fase de producción.

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Sí, es cierto que puede tener también sus desventajas: no sabemos si se podrá pincharse con facilidad, y montar y desmontar todo el aparato puede llegar a ser un engorro. Además, la autonomía o la velocidad que alcanza son un misterio de momento. Pero si queremos encontrar alternativas sostenibles a nuestra forma de desplazarnos, esta es una buena forma de empezar.