A la derecha, una rueda de bicicleta de 26 pulgadas. A la izquierda, la misma rueda plegada en un pequeño “balón de rugby” de 22 centímetros de diámetro que cabe en cualquier mochila. Se llama Revolve y su diseñador, un alemán llamado Andrea Mocellin, quiere revolucionar las bicis plegables con ella.
La idea tiene sentido. Mocellin mismo es un entusiasta de las bicicletas plegables, pero reconoce que tienen un problema: sus ruedas son demasiado pequeñas, lo que limita mucho su uso sobre ciertos terrenos. Su rueda Revolve ocupa el mismo espacio, pero puede extenderse hasta formar una rueda convencional mucho más versátil.
Para poder doblarse sin problemas de pinchazos, su creador ha optado por un neumático sin cámara. En origen, el diseño estaba pensado para las sillas de ruedas, pero el mercado de bicicletas es mucho más grande. Mocellin ha tardado tres años e innumerables prototipos físicos hasta desarrollar su rueda. A día de hoy, el invento está patentado y listo para comercializar. Tan solo hace falta una compañía que quiera invertir en la rueda para sus bicicletas. [vía New Atlas]