El fascinante proyecto de Paen Long comienza en 2016, pero surge de un recuerdo de su infancia. Cuando tenía 6 años (ahora tiene 30) vio a lo lejos un aterrizaje de emergencia y corrió varios kilómetros de campo para llegar hasta la aeronave y presenciar su despegue. Ahora tiene su propio avión.
Long se gana la vida como mecánico de coches en un taller polvoriento de Prey Chhor, a 90 kilómetros de la capital de Camboya. Siempre le han atraído los aviones, pero no fue hasta el año pasado que empezó a construir su propia avioneta con tutoriales de Internet. Ahora la tiene casi lista.
La destartalada aeronave mide 4,3 metros de largo por 8 de envergadura y está hecha de piezas recicladas. El asiento es una silla de plástico con las patas serradas, el chasis está hecho a partir de un tanque de gasolina y la hélice se acciona con un viejo motor de barco. Un vehículo modesto, pero aparentemente funcional.
Con recursos limitados y, ejem, la dificultad técnica de construir un maldito avión, Long ha estado a punto de darse por vencido en varias ocasiones. Cuando tenía un 20% hecho, pensó que nunca encontraría ciertas piezas específicas, pero dio con ellas en un desguace de aviones camboyano.
Casado y con dos hijos, Long tiene a todos sus vecinos intrigados, incluido el jefe de policía de Prey Chhor, que se declara “entusiasmado” con el proyecto. A su esposa, Hing Mouy Heng, lo que le preocupa es que llegue el momento de hacerlo volar. Long está aprendiendo a pilotar en Internet para cumplir su sueño y cree que podrá realizar un primer vuelo en abril.
Eso si Aviación Civil se lo permite. Un funcionario advirtió a los medios que el avión deberá ser revisado por un experto antes de intentar su primer vuelo, por su propia seguridad. Y, por si acaso, el señor Long tendrá que despegar lejos de los aviones comerciales. [The Cambodia Daily vía EFE]