Parte de la resistencia del robot se debe a su simplicidad. Está diseñado a partir de una pequeña placa curvada de material piezoeléctrico que reacciona a la electricidad contrayéndose. De esta manera, y gracias a una capa de polímeros elásticos y a una pata frontal, es capaz de moverse extendiendo y contrayendo su cuerpo con pequeñas descargas eléctricas. Los investigadores han creado varias versiones. La de 10mm de longitud se mueve a una impresionante velocidad de 20cm por segundo cuando se le aplica una corriente de 200V a 850Hz. De momento solo lo han probado alimentándolo con cable, pero basta incorporarle una pequeña batería flexible para que sea completamente independiente.

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El robot resiste perfectamente el ser pisado por una persona, algo de lo que pocos robots de este tamaño pueden presumir. Si se le aplasta, simplemente vuelve a adoptar su forma y sigue adelante.

Sus creadores trabajan ahora en mejorar el diseño e incorporar funciones extra como un módulo de comunicaciones y la capacidad para esquivar obstáculos por sí solo. Todas estas funciones añadirán peso y aumentarán su fragilidad, pero los investigadores confían en que siga siendo casi igual de resistente. El futuro en el que un bombero o un policía inspeccione un edificio derrumbado liberando un puñado de cucarachas robot no parece tan lejano ahora mismo. [Science Robotics vía Science Alert]