El brazo resultante carece de sensores o de tecnología más allá de abrir y cerrar los dedos, pero está articulado y tiene la fuerza suficiente como para sostener un vaso. Eso sí, el vaso habrá que llenarlo con agua o con otra cosa, porque el café está complicado hasta que nos hagamos con una nueva cafetera. [vía Terminal Cornucopia]

Advertisement
Advertisement

Síguenos también en Twitter, Facebook y Flipboard.