Como suele ocurrir, todo empieza con una travesura de Bart. El pequeño Simpson pone a lavar su gorra y esta tiñe de rosa la camisa del trabajo de Homer, quien se convierte en el hazmerreír de la central nuclear. El Sr. Burns piensa que Homer podría ser un “anarquista de pensamiento libre” y lo manda a casa con un test psicológico. Homer pide ayuda para hacer el test, pero solo Bart se presta a responder a las preguntas. Y no lo hace bien.
Homer acaba en un hospital psiquiátrico donde conoce a un hombre alto, blanco y obeso que dice ser Michael Jackson y que habla exactamente igual que Michael Jackson. Seguramente lo recuerdes: es uno de los episodios más emblemáticos de la época buena de Los Simpson, pero también uno de los más extraños. Todo el episodio juega con la ilusión de que aquel loco es Michael Jackson. Homer le cree, claro, porque es un idiota. Pero el resto de Springfield se lleva una decepción. Ni siquiera el loco tiene claro quién es, o si realmente está loco: al final dice llamarse Leon Kompowsky y venir de Nueva Jersey; asegura que imitaba al rey del pop para sentirse respetado.
Estamos hablando, por supuesto, del episodio de Lisa, hoy es tu cumple:
Los Simpson nos ha golpeado emocionalmente incontables veces, pero pocos episodios terminan con un abrazo tan efusivo entre Lisa y Bart. Y todo gracias a ese desconocido que se hace llamar Michael Jackson hasta que cambia de voz y asegura que “su trabajo aquí está hecho”. ¿Sabes? Hay una razón por la que el episodio es tan especial, y fue el propio Michael Jackson.
El cantante era fan de la serie y se había prestado a doblar un personaje para la temporada 3, pero los productores no querían que fuera un cameo anecdótico (¡se trataba del mismísimo Michael Jackson!), así que crearon a un chiflado de 140 kg que creía ser Michael Jackson. “Lo cual no es nada, comparado con lo que el verdadero Michael Jackson cree ser”, diría años después Harry Shearer, quien interpreta al Sr. Burns, a Ned Flanders y al director Skinner en la serie. “Nos equivocamos con el peso”, aclara Al Jean, el productor de Los Simpson. “Sí, el cutis lo clavamos”, añade Shearer.
El episodio fue especial desde el principio; concretamente desde que los guionistas y actores de doblaje se reunieran en la casa de Sandy Gallin, la representante de Michael Jackson, para repasar por primera vez el guion. Shearer cuenta que habían quedado a las 7:30 de la tarde y Michael entró por la puerta exactamente a esa hora, pero Dan Castellaneta (la voz de Homer Simpson) se perdió en las colinas de Los Ángeles y se retrasó.
En esas situaciones normalmente se rompe el hielo con alguna conversación, explica Shearer, pero Michael se sentó a esperar en completo silencio. “Era una presencia tan incómoda que aquel fue el silencio más largo que he experimentado en el mundo del espectáculo”, dice el actor.
El grupo volvió a verse unos días más tarde en los estudios de Fox. La segunda lectura del guion transcurrió con normalidad hasta una parte en la que el personaje de Michael Jackson cantaba un trozo de Ben, su primer éxito como solista antes de separarse de los Jackson 5. En lugar de interpretar la canción, Michael se echó para atrás en la silla, miró al otro lado de la mesa y asintió con la cabeza. “Entonces un hombre blanco empezó a cantar imitando la voz de Michael Jackson”, explica Shearer. “Un hombre blanco y menudo que había sido elegido personalmente por Jackson”, añade Yeardley Smith, la voz de Lisa Simpson. “El tipo tuvo que imitar a Michael Jackson delante de Michael Jackson; sentí pena por él”.
Los actores no entendían nada. Shearer recuerda mirar a Yeardley y susurrarle, de broma: “hemos pagado lo justo para tener al Michael Jackson que habla, pero no podemos permitirnos al Michael que canta”. Según Al Jean, Jackson dijo que no iba a cantar porque les estaba “gastando una broma” a sus hermanos. Pero, en realidad, no podía ceder su voz como cantante por las cláusulas de su contrato discográfico con Sony.
Michael Jackson haría los diálogos y Kipp Lennon, el cantante de una banda de folk-rock llamada Venice, las canciones. (Hay una leyenda urbana que dice que en realidad Michael interpretó parte de las canciones, pero nadie lo tiene claro). No era la única condición. El nombre de Michael Jackson no aparecería en los créditos: actuaría bajo el seudónimo de John Jay Smith. Su participación, de todos modos, fue confirmada en los comentarios del DVD de la temporada por Dan Castellaneta, que recuerda el episodio con cariño.
Tampoco era la primera vez que un famoso salía en los Simpson bajo seudónimo. Ese mismo año, Dustin Hofmann apareció en los créditos como Sam Etic tras doblar al profesor sustituto del que Lisa se enamora en un episodio. Quizá para que no afectara a su imagen, o quizá como un chiste interno, los pseudónimos habían empezado a ser algo recurrente en los dibujos animados de la época. Pero a Fox no le gustaba la tendencia (dificultaba mucho la promoción de los episodios), así que se decidió que Michael Jackson sería el último cameo anónimo. A partir de entonces, todos los cameos aparecerían firmados por sus verdaderos intérpretes.
El episodio se llamó Stark Raving Dad (“Papá, loco de atar” en España y “Papá está loco” en Hispanoamérica). Su emisión original fue vista en 12,8 millones de hogares estadounidenses, la mejor audiencia de su franja horaria por detrás del inicio de temporada de The Cosby Show. Desde entonces, el capítulo ha sido repuesto en decenas de países e idiomas, pero nadie ha estado tan cerca de darle el homenaje que se merece como Sony.
Michael Jackson había compuesto y grabado la canción Lisa, it’s your birthday durante la grabación del álbum Dangerous, en 1991. En 2001, Sony se planteó reeditar el disco incluyendo la canción, pero finalmente lo descartó. El regalo de cumpleaños de Bart para Lisa Simpson interpretado por su autor original continúa siendo material inédito del rey del pop.