
Seguro que ya has leído infinidad de artículos sobre las bondades del 5G. Que si es el futuro, que si ahora vamos a poder tener hasta nuestras zapatillas de andar por casa interconectadas… Todo suena fantástico, ¿pero notarás el cambio en tu día a día? Me he pasado un mes probando dos teléfonos 5G (un Samsung S10 5G y un Huawei Mate 20X) y esto es todo lo que he aprendido.
El 5G vuela...
No te voy a aburrir con tecnicismos. Esa “G” significa generación, y cada generación tiene la gran ventaja de ser mucho más rápida que su predecesora. Con las “G” pasa como con las pulgadas de los televisores: cuanto mayor sea el número, mejor.
Tener más velocidad tiene una serie de ventajas obvias. Con el 5G puedes descargar la serie que estás viendo en un abrir y cerrar de ojos. O reproducir vídeos en YouTube sin tirarte de los pelos por el buffering. Además, si eres de los que juega con el móvil, tendrás muchos menos problemas de lag. Eso sí, a ver a quién echas la culpa ahora cuando no mates a nadie en Fortnite.

...pero la cobertura brilla por su ausencia
Es algo normal. Desplegar la infraestructura necesaria para conseguir cobertura 5G es un proceso largo y costoso. De momento, en España el único operador que ha lanzado su red 5G comercial ha sido Vodafone, pero parece que para 2020 tanto Orange como Movistar también comenzarán a ofrecer este tipo de cobertura. Puedes comprobar el alcance de la red de Vodafone aquí.
Una de las cosas que descubrí fue que la velocidad y el alcance de la cobertura varían en función de la tarjeta de red del teléfono. Sorprendentemente, cada uno de los móviles que probé destacó en una cosa. El S10 tenía una mejor cobertura, que se correspondía casi al milímetro con el alcance que prometía Vodafone (el mapa ha resultado mucho más preciso de lo que me imaginaba), pero el Mate 20X alcanzó velocidades mayores en las pruebas de velocidad que hice.
La velocidad de subida sigue siendo 4G
Aquí si que vamos a tener que ponernos un poco más técnicos. La red que ha desplegado hasta el momento Vodafone es una red 5G NSA, que significa “Non-Standalone”. Para que nos entendamos: es una red que aprovecha la infraestructura 4G existente, no es una red completamente 5G. Eso hace que podamos tener una mayor velocidad de bajada, pero que veamos limitadas algunas funciones, como una latencia mayor o una velocidad de subida mucho más baja, así que si eres un creador de contenido y contabas con subir vídeos de un plumazo, olvídate. Parece que aun nos quedan unos pocos años hasta poder aprovechar todo el potencial del 5G.
Otro de los problemas que tiene el 5G —al menos con la red actual—es que no penetra bien en los edificios. Como utiliza una frecuencia mayor (3,7 GHz) las paredes absorben gran parte de la señal. Por lo que la lista de lugares donde puedes disfrutar del 5G se reduce sustancialmente.
Los móviles 5G siguen siendo muy caros
La realidad es que, a día de hoy, apostar por un teléfono 5G no merece mucho la pena. Siguen siendo muy caros para disfrutar de algo que en muy pocas ocasiones vas a poder utilizar. El S10 cuesta 999€ en Amazon, el Mate 20X 899€ y el LG V50 ThinQ 899€. Xiaomi acaba de anunciar el Mi Pro 9 5G, cuya versión más básica tendrá un precio de partida de 473€ y será el primer terminal con un precio más asequible.
Parece que las marcas tendrán que sumar algunos elementos a la ecuación para tratar de convencernos para adquirir sus terminales 5G. El S10 5G por ejemplo, ofrece una mejor batería (4500 mAh), una pantalla ligeramente más grande (6,7 pulgadas frente a las 6,4 del modelo normal) y una cámara ToF que no tiene ninguno de sus modelos hermanos. Algo parecido ocurre con el Xiaomi Mi Pro 9 5G, que trae una batería mejor y un procesador más rápido que su homólogo 4G. Esta es una dinámica que probablemente sigamos viendo en las marcas, puesto que tendrán que buscar otros argumentos para estimular la venta de sus móviles 5G aparte del acceso a esta red.
Mucho ruido y pocas nueces
Vale, el 5G ya está aquí y ha venido para quedarse, pero aun le queda un largo camino por recorrer. Al final, en tu uso diario —Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp, Gmail— no notarás ninguna diferencia entre usar una red 4G o una 5G. Sí, podrás descargarte la serie que estás viendo en Netflix en un santiamén, o bajarte juegos de la Play Store en un pestañeo, pero tampoco es algo que vaya a marcar un antes y un después en tu vida.
La revolución del 5G es otra. Podremos tener a un cirujano en una parte del mundo manejando por control remoto un robot que está al otro lado del globo debido a la baja latencia de la señal. O a miles de coches interconectados dando información en tiempo real de lo que captan todos sus sensores. Pero en lo que respecta a tu móvil, no habrá una gran diferencia.