
Un grupo de astrónomos cree haber logrado vislumbrar cómo se forman los gigantes gaseosos como Júpiter gracias a una espectacular imagen de un lejano sistema estelar.
En el corazón de ese sistema se encuentra V960 Mon, una joven estrella que está a unos 5000 años luz de distancia, justo en plena constelación de Monoceros. En 2014, la estrella brilló con una intensidad unas 20 veces mayor que lo que habitúa, lo que permitió que un equipo de investigadores utilizara el instrumento SPHERE (Spectro-Polarimetric High-contrast Exoplanet Research) del Observatorio Europeo Austral para fotografiarla. La investigación de este equipo ha sido publicada ahora en The Astrophysical Journal Letters.
“Nuestro grupo ha estado buscando señales de cómo se forman los planetas durante más de diez años, y no podemos estar más emocionados con este increíble descubrimiento”, dijo Sebastián Pérez, astrónomo de la Universidad de Santiago, en un comunicado.
Las observaciones de SPHERE mostraron que el material que rodeaba a V960 Mon se estaba acumulando en una serie de brazos en espiral que se extendían hasta tener un tamaño mayor que el de nuestro propio sistema solar.
Las observaciones de seguimiento de este distante sistema estelar fueron realizadas con el telescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), que tiene la capacidad de penetrar en la enorme nube de polvo que rodea a la estrella.
“Con ALMA se hizo evidente que los brazos espirales se están fragmentando, lo que produce la formación de grupos con masas similares a las de los planetas”, dijo Alice Zurlo, investigadora de la Universidad Diego Portales y coautora del artículo.

Las imágenes sirven para apoyar una de las teorías existentes sobre cómo se forman los gigantes gaseosos, un método de formación conocido como inestabilidad gravitacional. La inestabilidad gravitacional sostiene que los grupos de material se contraen y colapsan sobre sí, formando planetas gaseosos. Eso choca con la teoría más extendida sobre la formación de gigantes gaseosos, llamada acreción del núcleo, que sostiene que el polvo y gas interestelar se van uniendo lentamente hasta formar estos gigantescos mundos.
Los investigadores esperan comprender mejor la composición química de los cúmulos que hay alrededor de estos sistemas estelares, lo que a su vez ayudará a entender mejor qué tipo de planetas podrían formarse a partir de estos grupos. Por supuesto, más observaciones del sistema V960 y de otros similares mejorará la comprensión de los astrónomos sobre cómo se forman planetas como los de nuestro propio sistema solar. A esta tarea ayudará el futuro Telescopio Extremadamente Grande (ELT por sus siglas en inglés), que estará listo para el año 2027 y que servirá para entender la evolución de los planetas y del universo gracias a su estudio de luz visible e infrarroja.