Supongo que acabar en la cárcel debe de ser una de las peores sensaciones que puede llegar a tener un ser humano. Por eso la historia del señor Salem es tan surrealista. Tras cinco meses en los calabozos descubre que su fianza costaba menos que un billete del metro. Esta fue su historia (y sus consecuencias).
Isla Rikers se encuentra ubicada entre los condados de Queens y el Bronx. La isla fue bautizada en honor a Abraham Rycken, uno de los colonos holandeses que se asentaron en Long Island en 1638. En la Guerra Civil estadounidense la isla fue utilizada como un campo militar. Los descendientes de Rycken fueron los dueños de la isla hasta 1884, momento en el que la vendieron a la ciudad de Nueva York por 180 mil dólares.
En 1932 la ciudad estableció una prisión en la zona este de la isla. La duodécima de máxima seguridad en el país. Desde entonces, la prisión ha sido clasificada como una de las peores en Estados Unidos, una instalación con un largo historial de violencia de pandillas y corrupción generalizada entre sus guardias.
La fianza que costaba un café
Y aquí fue justamente donde fue a parar el protagonista de nuestra historia. Aitabdel Salem, de 41 años y natural de Argelia, fue arrestado el 21 de noviembre del 2014. El hombre fue acusado de atacar a un agente de policía de Nueva York, quién lo arrestó por el robo de un abrigo en una tienda de Zara en Manhattan. La fianza de Salem se fijó en 25 mil dólares, un dinero que el hombre no podía pagar en aquel momento. Además, el juez también ordenó una fianza de 1 dólar por cada uno de los dos cargos menores en los que había incurrido en el pasado (manipulación de tarjetas del metro).
Pero ocurrió algo inusual. Los fiscales retiraron la acusación por el presunto asalto policial. Esto ocurrió una semana después de que el juez dictaminara las fianzas, razón por la que Salem debería haber sido capaz de ser un hombre libre por menos de lo que cuesta un viaje de metro en la Gran Manzana.
¿Qué ocurrió? Salem alegó meses después que nadie le dijo nada. Sus abogados, Glenn Hardy y Theodore Goldbergh, echaban la culpa a su anterior abogado. Según declaró Hardy a los medios:
Salem se sorprendió, estaba consternado y frustrado de que su caso fuera inadmisible. Fue maltratado y no hubo comunicación por parte de su abogado explicándole que su fianza era de 2 dólares y que podría haberla pagado en cualquier momento.
Salem fue liberado en abril del 2015, cinco meses después de ser arrestado. Una noticia que sorprendió a muchos medios, un fallo que había dejado a un hombre en el interior de una cárcel por falta de comunicación. Su fianza era tan surrealista que un grupo de personas se pusieron a investigar. ¿Habrían más casos como este?
Las fianzas simbólicas
Una startup con sede en Nueva York se dedicó a investigar el caso. En realidad y aunque suene extraño, aquello fue un regalo. Betterbail es un app que funciona en Nueva York, una plataforma que trata de encontrar soluciones rápidas a ciertos casos, algo así como fianzas express con el fin de liberar rápido a la persona que acude a ellos.
Con el caso de Salem se dieron cuenta de que el programa que habían escrito para extraer datos de los presos individuales podría ser usado para construir un perfil de toda la población de internos de la ciudad de Nueva York. ¿Qué ocurrió? Que los resultados mostraron que, lejos de ser mala suerte del señor Salem, el hombre era sólo uno de los muchos neoyorquinos que se encontraban en cantidades de fianza de un solo dígito.
Estas cantidades de fianza tan bajas suelen destinarse a beneficiar a la parte demandada. Según explican las leyes:
Cuando un acusado tiene dos casos abiertos simultáneamente donde uno es más grave, los abogados defensores suelen pedir que se fije una fianza de 1 dólar en el caso menor. Esta práctica permite que la espera en la cárcel dependa del caso más grave y el otro prácticamente se olvida.
Sin embargo, esta táctica es contraproducente si el caso más grave es desestimado (o modificado) y el acusado no es notificado (como el caso de Salem). Esto parece, al menos parcialmente, el deber del abogado, y de hecho los neoyorquinos que encontraron con cantidades tan bajas de fianza estaban todos representados por defensores públicos (y lo más probable es que con un número elevado de casos).
Desde entonces, la compañía se ha dedicado a rastrear cada uno de los casos y enviarles cartas a los acusados notificándoles una de las noticias más surrealistas que una persona puede esperar en una cárcel. Que de acuerdo a los registros sus fianzas son de 1 o 2 dólares máximo.
Gracias al trabajo de Betterbail la ciudad de Nueva York acabó creando una alerta de “fianzas de 1 dólar”, una medida automatizada que permite notificar tanto al personal de la corte como al abogado defensor cuando un acusado está retenido por el precio de un café.