En este caso, se prevé que las temperaturas superen los 33 grados Celsius. Puede parecer poco, pero es algo bastante inusitado en Inglaterra y además se trata de temperatura de bulbo seco, no de bulbo húmedo. En otras palabras, la advertencia se ha emitido teniendo en cuenta solo la temperatura, no la humedad o la velocidad del aire, algo que como ya vimos por aquí, es más importante a la hora de determinar cuándo las altas temperaturas son potencialmente peligrosas.

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La razón de que el Servicio Meteorológico no ofrezca esas mediciones es que no está muy acostumbrado a tener que lidiar con olas de calor. De hecho, la oficina se creó en 1854, pero no se dedicaba a dar alertas de este tipo. Hasta ahora, las advertencias por altas temperaturas no se emitían al público. Las gestionaba directamente el Servicio de Salud y solo se comunicaban a los profesionales de la salud para que tomaran las medidas necesarias para proteger a enfermos.

Eso cambió en 2020, cuando la ola de calor de ese verano acabó con las vidas de más de 2500 personas. Fue el mayor número de muertos por una ola de calor que se recuerda en el país desde 2003. [Science Alert]