En menos de una semana, el próximo 8 de noviembre, los votantes de Estados Unidos irán (por fin) a las urnas para escoger a su próximo presidente. Si has tenido la impresión de haber oído hablar de las elecciones estadounidenses una eternidad, es verdad: no te lo has imaginado. Así funcionan.
Las elecciones presidenciales de Estados Unidos tienen una vida larga, sobre todo si las comparamos con las elecciones de otros países. De hecho, la candidata demócrata Hillary Clinton anunció su candidatura en abril de 2015, casi un año y siete meses antes de las elecciones. Su rival a la presidencia, el republicano Donald Trump, lo hizo tan solo dos meses después de ella.
Para que puedas seguir el show los próximos días, esta es una pequeña guía para entender cómo funcionan las elecciones. Algunos puntos a recordar:
- Los ciudadanos no eligen técnicamente al presidente.
- Se invierte mucho, muchísimo dinero.
- Ohio es un estado muy importante, aunque no conozcas a nadie de ahí.
- Al finalizar el 8 de noviembre, si Trump no gana y cumple con sus amenazas de no aceptar los resultados, podemos estar hablando de las elecciones por unos días o semanas más.
Cómo funciona el sistema electoral: 270 es el número mágico
Lo primero que hay que entender sobre las elecciones es que aunque los estadounidenses suban selfies a las redes sociales con pegatinas que digan “I voted” (Yo voté, en inglés), en realidad no están votando directamente por el presidente.
El Colegio Electoral
Están votando por un elector de lo que se conoce como Colegio Electoral que a su vez ha prometido votar por “el ticket”. El ticket es el dúo presidencial formado por el candidato a la presidencia y el candidato a la vicepresidencia.
El Colegio Electoral a su vez es un grupo de votantes establecido por la constitución del país, y estos son los que en realidad eligen al presidente. Se compone de 538 electores, de ellos al menos 270 son necesarios para ganar la presidencia.
El número de electores de un estado se determina basándose en la representación de ese estado en el Congreso del país. Cada estado tiene un número de representantes en el Congreso con respecto a su población, los estados con poblaciones más grandes tienen por tanto mayor representación. Todos tienen dos senadores fijos. Es decir, cada estado tiene un número de electores en el Colegio Electoral relativo a su número de representantes en el Congreso del país. El Congreso se divide a su vez en la Cámara de los Representantes y en el Senado.
¿Cuántos representantes lleva cada estado?
Todo eso se traduce entonces a un elector por cada miembro que tiene el estado en la Cámara de Representantes (a más población mas miembros) y un elector por cada miembro del Senado (que siempre son dos).
Por ejemplo, Texas tiene 36 miembros en el Cámara de Representantes y 2 miembros en el Senado, lo que significa que tiene 38 votos electorales. Es el segundo estado con respecto a número de votos electorales; California es el primero, con 55 votos.
El día de las elecciones, los estados otorgarán sus votantes a los candidatos de acuerdo con los resultados del voto popular. En cada estado, salvo Maine y Nebraska, el candidato que recibe la mayoría del voto popular, o en el caso de haber tres candidatos, el candidato con mayor porcentaje de votos que cualquier otro candidato, se llevará todos los votos electorales de ese estado.
¿Qué ocurre con Maine y Nebraska? Que usan un sistema de “representación proporcional” en el que conceden parte de sus votos electorales al ganador de las elecciones populares y un voto al ganador de cada uno de sus distritos del congreso.
Tomemos a Nebraska y las elecciones de 2008 entre Obama y John McCain como ejemplo. Nebraska tiene 5 votos electorales, 2 por sus senadores y 3 por su número de representantes en la Cámara de Representantes, de los cuales cada uno tiene un distrito. Nebraska concede 2 votos electorales al ganador del voto popular y reparte sus restantes 3 votos entre los ganadores de cada distrito. En 2008, McCain ganó el voto popular y ganó 2 distritos, llevándose 4 votos. Sin embargo, Obama ganó un de los distritos y se llevó un voto.
Pese a que no exista ninguna ley que requiera a los miembros del Colegio Electoral a votar conforme al voto popular de su estado (en otros palabras, podrían votar por quien quisieran), históricamente siempre han votado de acuerdo con los resultados.
Dinero, mucho dinero
Además de durar mucho tiempo, las campañas presidenciales de Estados Unidos también tienen fama de ser muy caras. Según el Washington Post, a finales de septiembre Clinton y Trump habían recaudado más de 2 mil millones de dólares.
Clinton tiene indudablemente la ventaja en este campo: a su disposición tiene o ha tenido 1.1 mil millones de dólares. Aunque Trump tiene menos dinero, el candidato se ha mostrado dispuesto a invertir hasta 100 millones de dólares en su campaña si es necesario, de momento solo ha contribuido 66.1 millones.
¿Siempre se ha gastado tanto en las elecciones en Estados Unidos? No. Ha estado aumentando constantemente desde el año 2000 y ha explotado desde 2010, el año en el que se cambiaron las reglas de financiación de las campañas.
Las nuevas reglas supusieron un cambio importante. Bajo ellas, se les permitió a las corporaciones y los sindicatos invertir su dinero en apoyar a un candidato siempre que estos no coordinaran sus esfuerzos con las campañas de los candidatos.
Otra regla aprobada el mismo año impulsó la creación de los Super PACS, grupos que pueden recaudar fondos ilimitados para usar en favor o en contra de los candidatos. El último cambio de reglas ha llegado en 2014, cuando el Congreso incrementó el mínimo de $100,000 a $801,600 el dinero que los donantes pueden usar para contribuir a los comités de los partidos demócrata y republicano.
El desglose del dinero recaudado por los candidatos es el siguiente:
Hillary Clinton
- $556 millones: Campaña de Hillary Clinton
- $544.4 millones: Comité del partido demócrata y iniciativas conjuntas de recaudación de fondos
- $188 millones: Super PACs
Total: $1.3 mil millones
Donald Trump
- $248.3 millones: Campaña de Donald Trump
- $486.7 millones: Comité del partido republicano y iniciativas conjuntas de recaudación de fondos
- $60.1 millones: Super PACs
Total: $795 millones
Fuente: Washington Post
Swing states: los estados decisivos
En todos las elecciones, hay estados que nos dan una idea de lo que pasará y que pueden dar una ventaja al candidato. En inglés, estos estados se denominan swing states. En ellos no existe una afiliación fuerte por ningún partido, y los sondeos a menudo demuestran que los candidatos se encuentran en una ajustada carrera. Según el Centro Nacional de la Constitución, hay 11 swing states en estas elecciones. Algunos que merecen atención especial:
- Florida: Florida tiene 29 votos electorales, lo que lo convierte uno de los swing states más atractivos para los candidatos. En 2012, Obama ganó el estado por menos de 1%. El estado tiene el mismo porcentaje de republicanos y demócratas. Lo que determinará el concurso en este estado es cómo votarán los independientes, que aproximan 3 millones. Trump y Clinton han gastado mucho dinero en este estado en publicidad y también en convencer a votantes indecisos con sus tropas de voluntarios. Clinton estaba 1 punto por encima de Trump en el último sondeo.
- Ohio: Históricamente Ohio ha sido un estado importante para los candidatos. Por un lado, es un swing state con 18 votos electorales. El antiguo presidente George W. Bush ganó Ohio en 2000 y el 2004, pero Obama ganó el estado en 2008 y 2012. Ohio también es interesante porque desde 1904, en 24 de 26 elecciones, el candidato que ganó Ohio ha llegado a ganar las elecciones. Según Real Clear Politics, Clinton y Trump estaban empatados en Ohio en el sondeo del 29 de octubre, ambos contando con 45 puntos.
- Pensilvania: Con 20 votos electorales, Pensilvania es un estado que puede tener considerable peso en las elecciones. Algunos le han dado el estado a Trump debido a que Pensilvania tiene un sector de manufactura robusto y porque tiene una considerable población blanca de edad avanzada sin títulos universitarios. Ambos grupos suelen apoyar a Trump, pero igualmente está todo muy ajustado. Al igual que en Florida, Clinton tiene un punto de ventaja aquí.
- Carolina del Norte: Este estado ha sido tradicionalmente una fortaleza para los republicanos. Sin embargo, Obama lo ganó en 2008. Como muchos estados en estas elecciones, en Carolina del Norte existe una división entre las ciudades grandes, que suelen tener a más minorías y gente con títulos universitarios que votan a los demócratas y condados rurales, que votan a republicanos. También, hay casi 2 millones de votantes no afiliados. En este estado, Clinton tiene 3 puntos de ventaja sobre Trump.
Otros swing states también incluyen Colorado, Iowa, Michigan, Minnesota, Nevada, New Hampshire y Virginia.
¿Qué pasa después de las elecciones?
Cuando todo haya terminado y los últimos votos estén contados ¿qué sucede?
Tradicionalmente, el candidato perdedor concede y felicita a su rival, pero en algunos casos, esto no ha pasado. En el año 2000, Al Gore ganó el voto popular popular con 50,996,582 votos mientras Bush consiguió 50,456,062. Sin embargo, Bush ganó 271 votos electorales del colegio y Gore 266. ¿Por qué? El factor decisivo era Florida, en donde Bush ganó el voto popular por 537 votos, llevándose todos los votos de Florida y con ellos la presidencia.
Como solamente los separaron 537 votos, Gore pidió que se volvieran a contar los votos y luego demandó. El caso llegó a la Corte Suprema de Estados Unidos, que le otorgó la presidencia a Bush. El resto es historia.
Aunque no se espera un resultado tan dramático en estas elecciones, con Trump en el tablero de juego no se puede estar seguro. En el tercer y último debate, éste insinuó que quizá no aceptaría los resultados si no salieran en su favor.
El próximo martes 8 de noviembre será el día del juicio para Hillary Clinton y Donald Trump y, en más de un sentido, también para el mundo. Estados Unidos es uno de los protagonistas en el escenario internacional y el presidente determina la posición que asume el país en el mismo. Todavía es pronto para calificar a estas elecciones de “históricas”, aunque en más de un sentido ya lo son, pero su resultado afectará a todo el planeta durante años.