
¿Te acuerdas de cuando Elon Musk ofreció 5000 dólares al estudiante que publicaba la ubicación de su avión en Twitter para que cerrara la cuenta? El joven acabó rechazando la oferta, pero ahora que Musk es el dueño de Twitter, ha sido el empresario quien ha decidido cerrar la cuenta unilateralmente.
Todo empezó hace unas horas cuando la cuenta de Twitter @ElonJet, que sigue los vuelos del jet privado de Elon Musk en tiempo real, fue suspendida sin explicación. Musk había dicho en repetidas ocasiones que la cuenta era un riesgo directo para su seguridad, pero también dijo tras comprar Twitter: “Mi compromiso con la libertad de expresión se extiende incluso a no suspender la cuenta que sigue mi avión”.
Poco después de que @ElonJet fuera suspendida, la cuenta personal de su creador, Jack Sweeney, cayó también, así como otras cuentas dedicadas a seguir los aviones privados de personalidades como Bill Gates, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, los oligarcas rusos y Donald Trump.
Unas horas más tarde, Twitter dio por fin una explicación. La compañía ha actualizado sus términos para prohibir que los usuarios compartan la ubicación en tiempo real de terceros, “sin importar que esta información sea pública”.
La compañía aclara que los usuarios podrán publicar esta información con retraso, pero no en el mismo día, para evitar el riesgo de daño físico contra las personas involucradas. La nueva normativa permite compartir ubicaciones relacionadas con un evento público, como un concierto o un mitin político, pero no añade más excepciones, lo que preocupa a sectores de Twitter como las cuentas de inteligencia de fuentes abiertas (OSINT) o los reporteros que siguen movimientos de políticos. Los enlaces a webs que rastrean la ubicación en tiempo real de terceros también han empezado a bloquearse dentro de Twitter.
Lo que está claro es que Musk forzó este cambio de política para acabar con @ElonJet. El empresario tiene un motivo personal para esta repentina venganza: según dice, anoche, un coche que transportaba a su hijo X por Los Ángeles fue seguido por un “acosador loco” (pensando que Musk iba dentro). El acosador bloqueó el automóvil y se subió al capó. Musk asegura que “tomará acciones legales contra Sweeney y las organizaciones que apoyaron hacer daño a su familia”, aunque no haya una relación directa entre @ElonJet y el incidente.
Sweeney calculaba los vuelos de Elon Musk con la información pública del sistema ADS-B, por lo que cualquiera con los conocimientos del joven podría saber dónde está el avión. Se dice que Musk había pedido ayuda a su amigo Jack Dorsey, el antiguo CEO de Twitter, para tirar la cuenta, pero Twitter no podía justificar una suspensión de @ElonJet porque Sweeney solo repetía datos que estaban públicamente disponibles en otras plataformas.
@ElonJet reapareció durante unos minutos el miércoles antes de volver a desaparecer. Es posible que Twitter devuelva a Sweeney sus cuentas si empieza a publicar la ubicación de los aviones un día después de que vuelen.