No puedo evitar sentir cierta simpatía hacia la gente que destroza cosas en YouTube. En su particular carrera por innovar acaban creando objetos sin precedentes, como la primera bala de una aleación de sodio y potasio: dos metales blandos que reaccionan con violencia cuando impactan.
Del creador de Qué ocurre si echas aluminio fundido en una sandía, llegan nuevas maneras de torturar a una inocente ídem. Esta vez The Backyard Scientist ha puesto a prueba la resistencia de la sandía (no sé por qué esa obsesión) disparándole una bala de punta hueca rellena de metal líquido.
En este primer vídeo vemos el proceso de fundición y fabricación de los distintos proyectiles (plomo, sodio, potasio y sodio + potasio), que después son disparados a cámara lenta contra un acuario para descubrir cuál tiene un efecto más devastador. La onda expansiva lo deja claro:
La historia de las pistolas empezó con las balas de plomo, que ahora están en desuso. El plomo es un metal relativamente blando, por lo que se deforma en el momento del impacto consiguiendo hacer mucho daño. Pero si pruebas con un metal todavía más blando, la expansión será aún más espectacular. El problema es que, al ser tan ligeras, las balas no tendrán apenas poder de penetración.
En palabras de The Backyard Scientist:
Las balas son mucho más ligeras, por lo que no tienen la misma energía cinética. A pesar de que transportan menos de energía, se expanden de forma mucho más rápida debido a los metales blandos. ¡La energía se transfiere al instante! Una bala de plomo recorre unos 60 cm antes de detenerse en el agua, pero estas balas se detienen a los 15 cm.
Basta de palabrería, es hora de ver un poco de pirotecnia. Aquí puedes contemplar cómo rinden las balas contra la sandía y otros objetos. Especialmente recomendable la explosión del sodio y las latas de aerosol: