
VLC no necesita presentaciones. Reconocible a la legua por el cono de tráfico, sigue siendo uno de los reproductores de vídeo más potentes que existen 20 años después de su creación. Y por si fuera poco, gratuito y de código abierto.
La noticia es la siguiente. Los creadores de VLC denunciaron el martes que algunas personas están usando su cuenta bancaria para donaciones, cuyo IBAN está publicado en su web, para domiciliar los pagos de otros servicios.
VideoLAN, la organización sin ánimo de lucro que coordina el desarrollo de VLC desde París, publicó una captura de pantalla en Twitter en la que se puede ver un cargo de 14,99 euros por una suscripción al periódico Le Telegramme. Alguien habría domiciliado el pago en la cuenta de VideoLAN, de manera que no solo está usando VLC gratis, también está leyendo ese periódico a su costa.
“¿Pensabas que la gente no podía caer más bajo? Pensaste mal”, escribieron los administradores de VideoLAN en Twitter. “La gente no tiene vergüenza”
VideoLAN puede solicitar un reembolso a su banco y bloquear estas domiciliaciones, pero tiene que hacerlo una a una porque los bancos no revisan las nuevas autorizaciones, que deberían estar firmadas por el dueño de la cuenta. (En la práctica, es trivial domiciliar cualquier cosa en una cuenta ajena).
Contactamos con VideoLAN para saber si tomaron alguna medida contra este tipo de vandalismo, pero no obtuvimos una respuesta inmediata.
Hay dos formas fundamentales de contribuir al desarrollo de VLC: participando como programador/traductor/documentador en el proyecto de código abierto o donando dinero, ya sea por PayPal, por transferencia bancaria o en cripto.