
En el pasado hemos hablado de algunos de los mejores trucos para visitar los parques de Disney o de las normas más extrañas que se imponen en boca de sus propios empleados. Ahora toca hablar de cómo la compañía engaña a nuestro cerebro para hacer que las colas no se sientan tan largas.
O como diría el mismísimo Walt Disney, como hacer que las colas luzcan mágicamente cortas. Una tarea complicada, ya que si alguna vez visitaste alguno de estos parques (o cualquier otro que no sea de Disney), recordarás el mismo denominador común: uno pasa más tiempos esperando en las colas para la atracción que disfrutando de ellas.
Como explican en Popular Science, Disney sabe mejor que nadie que las colas son inevitables, pero también sabe que una cola bien diseñada puede llegar a formar parte de la experiencia y que sea lo menos agobiante posible. Para empezar, transformando el diseño de la cola de forma que influya en la perspectiva del público.
Por ejemplo, cuando una cola consta de 200 personas zigzagueando alrededor de cuerdas en una sala grande y abierta, es fácil que los invitados se sientan agobiados. Este diseño permite al público ver exactamente cuántas personas hay en la fila antes que ellos, lo cual no es necesariamente algo bueno cuando la fila es extremadamente larga.

En muchos casos, la solución de los diseñadores de Disney es evitar esta percepción manteniendo al público en la oscuridad cuando entran en la cola. Esto ocurre en, por ejemplo, Space Mountain, donde las paredes se construyen alrededor de un camino sinuoso, por lo que los asistentes no tienen idea de cuánto falta hasta que se adentran más en el edificio. Este diseño también evita que muchos se den la vuelta al llegar a la atracción rendidos por la larga cola que tienen delante.
Otro ejemplo de trucos que utilizan los diseñadores de atracciones es el llamado internamente “engaño maquiavélico”. Si alguna vez te sorprendiste (para bien) de que una cola comenzara a moverse más rápido de lo que esperabas, es posible que fuera intencional. Los letreros que enumeran los tiempos de espera al comienzo de las colas suelen inflar los números a propósito. De esa forma, cuando transcurre una espera que se suponía que iba a ser de hasta dos horas en 90 minutos, el publico lo percibe como una suerte que le permitirá tiempo extra en el parque.
Por último, y podríamos decir aquello del “truco final”, ya que es algo por lo que los parques de la compañía son tan famosos, Disney ha sido capaz de incorporar el mismo nivel de diseño de producción que se encuentra en la atracción en la misma cola. De esta forma, el público que espera en la fila tiene una experiencia más atractiva, con un valor de entretenimiento propio o, como mínimo, mayor que unos simples muros o corredores donde no se ve más que gente.
Un ejemplo de ello lo tenemos en la cola de The Tower of Terror en Disney World, cuyo diseño sigue el modelo de un vestíbulo de hotel decrépito de la década de 1930, con detalles como telarañas y tazas de café abandonadas, un atrezzo que podría ser un escenario de película.
No solo eso, en los últimos tiempos se han añadido incluso efectos especiales a las esperas, como en el caso de la atracción Star Wars: Ride of the Resistance en Galaxy’s Edge (con hologramas y animatronics). [Popular Science]