
Este sábado, el gobierno chino anunció una serie de cambios en la forma en que los niños pueden acceder e interactuar con el contenido online y afirmó que “las plataformas deben intensificar los controles para evitar que los usuarios menores de edad den propinas a los streamers en directo o se conviertan en streamers sin el consentimiento de su tutor”.
Como informa Reuters, estas nuevas normas cristalizarán en dos medidas muy concretas:
1) Los espectadores menores de 18 años ya no podrán dar “propinas”, una práctica que consiste en que los espectadores que están viendo un stream pueden enviar pequeñas cantidades de dinero al creador, generalmente a cambio de que éste reconozca su contribución por voz o texto.
2) Cualquiera que mire contenido en directo a través de una cuenta infantil tendrá todos los streams bloqueados después de las 10 p.m., y los creadores de contenido “deberán fortalecer el control durante esas horas”.
Ten en cuenta que nada de esto tendrá lugar en Twitch o YouTube. En China, las plataformas más grandes son plataformas locales como Bilibili, Huya & Douyu o Douyin, que es básicamente la versión china de TikTok.
Estas nuevas leyes forman parte de un esfuerzo de las autoridades chinas para atacar lo que consideran el “caos” de las redes sociales y de los streamings en directo. Por un lado, China promociona el contenido que considera “legal y apropiado” y por otro, intenta controlar el “mal uso” con restricciones como estas.
Esto también forma parte de un esfuerzo más amplio del gobierno chino por reforzar su control sobre toda la industria de los videojuegos. Durante gran parte de 2021 China congeló gran parte de las autorizaciones para lanzar nuevos videojuegos nacionales, una decisión que resultó “devastadora” para la industria, ya que se estima que 14.000 estudios/desarrolladores tuvieron que cerrar debido a esta medida. De hecho, en 2021, las autoridades redujeron drásticamente la cantidad de tiempo que los niños podían pasar jugando, diciendo que “muchos padres han dicho que el problema de la adicción a los juegos entre adolescentes y niños ha afectado gravemente su capacidad de aprender y estudiar, así como a su salud física y mental, causando incluso una serie de problemas sociales”.