Hace tres años dijimos que el Echo era “el dispositivo más innovador que Amazon había fabricado en años”. Eso sigue siendo cierto. Pero no deberías comprarte uno. Tampoco deberías comprar uno para tu familia. Y definitivamente, no deberías comprar uno para tus amigos. De hecho, ignora cualquier cosa que hayamos dicho sobre los altavoces inteligentes y los asistentes de voz. ¡Son muy malos!
Lo difícil de estas fiestas es que los dispositivos futuristas son demasiado fáciles de comprar. Hemos otorgado excelentes críticas a varios altavoces inteligentes, en especial a los dispositivos de Google. ¡Son tan bonitos! Además ahora están más baratos que nunca. Tanto Amazon como Google han reducido en $20 el precio de sus altavoces inteligentes más baratos, el Echo Dot y el Home Mini. Eso significa que por $30 tienes un regalo que puedes envolver y regalar a tu primo y esperar un “¡genial, siempre quise uno de estos!” a cambio. Si realmente quiere impresionar a tu primo, compra un Amazon Echo de tamaño completo o un Google Home a $80 la unidad, con descuentos de $20 y $50 respectivamente.
Pero permíteme aclarar algo: ninguno de los miembros de tu familia necesita un Amazon Echo, un Google Home, un Apple HomePod o como sea que se llame ese altavoz inteligente que usa Cortana. Y tú tampoco. Solo quieres uno porque cada empresa tecnológica del planeta lo está promocionando como un dispositivo completamente nuevo que puede cambiar tu cocina y convertirla en un paraíso futurista controlado por voz. Probablemente pienses que tener un micrófono siempre encendido en tu casa está bien, y que las compañías tecnológicas solo graban y almacenan unos pocos fragmentos de tus conversaciones más íntimas. No es gran cosa, te dices a ti mismo.
En realidad, es un gran problema. Instalar un dispositivo que literalmente puede escuchar todo lo que dices representa una nueva y escalofriante preocupación en la era de las cosas conectadas a Internet. Al comprar un altavoz inteligente, estás pagando dinero para permitir que una gran compañía de tecnología te vigile. Y no quiero parecer demasiado cínico sobre esto. Amazon, Google, Apple y otros dicen que sus dispositivos no están espiando a las familias desprevenidas. El problema es que estos dispositivos son tan hackeables como propensos a vulnerabilidades.
Pero antes de entrar en las cosas realmente aterradoras, hablemos un poco de su utilidad. Cualquier cosa conectada a internet que traigas a tu casa debería hacerte la vida más fácil. Las bombillas Hue de Philips, por ejemplo, te permiten atenuar las luces desde una aplicación. ¡Fácil! Un termostato Nest aprende tus hábitos para que no tengas que subir la calefacción con tanta frecuencia. ¡Guay! Un Amazon Echo o un Google Home, bueno, te dan conversación, y si tienes suerte, es posible que puedas descifrar cómo hablares de manera correcta para hacer cosas aleatorias en tu casa. Ajá...
No necesitas un robot artificialmente inteligente para que te informe sobre el tiempo todos los días. Basta con mirar afuera, poner las noticias locales o incluso preguntarle a tu teléfono. Ya haces una o todas estas cosas, así que puedes seguir haciéndolo como hasta ahora. Lo mismo ocurre con encender las luces. Usa el interruptor. Funciona realmente bien, y un interruptor de luz no realiza un seguimiento de todo lo que estás haciendo y envía los datos a Amazon, Google o Apple. Lo que pasa entre tú y el interruptor permanece contigo y con el interruptor.
Lo que nos devuelve al tema de la seguridad y la privacidad. No estoy aquí para convertirme en el hombre del sombrero de papel aluminio ni convencerte de que empresas como Amazon están espiando cada uno de tus movimientos y compilando conjuntos de datos basados en tu actividad para enviarte anuncios o venderte productos de manera más efectiva. Estoy aquí para decir que los altavoces inteligentes como el Echo contienen micrófonos que están siempre encendidos, y cada vez que le dices algo al altavoz, este envía los datos a una granja de servidores. (Por cierto: si habilitaste un asistente que siempre escucha en tu teléfono inteligente, ahora es un buen momento para considerar las implicaciones). Por ahora, las compañías que venden altavoces inteligentes dicen que esos micrófonos solo envían grabaciones a los servidores cuando usas la palabra que los despierta. Pero las mismas compañías son menos explícitas sobre lo que hacen con toda esa información. También son imprecisas sobre si compartirán grabaciones de voz con desarrolladores en el futuro. Amazon, al menos, parece abierta a la idea.
Sabemos que Amazon entregará tus datos del Echo si el dispositivo aparece involucrado en una investigación de homicidio. Eso mismo sucedió a principios de este año, y aunque Amazon se había negado previamente a entregar los datos de sus clientes, la compañía no discutió una citación en un caso de asesinato. Todavía no está claro cómo tratan las agencias gubernamentales como el FBI, la CIA y la NSA los datos de los altavoces inteligentes. El FBI, por su parte, no confirmó ni negó a Gizmodo las escuchas de dispositivos Amazon Echo.
Sin tener en cuenta las ambiciones siniestras de los gobiernos y las corporaciones multinacionales, también debería preocuparte la amenaza de las vulnerabilidades y los hackers de altavoces inteligentes. Todo lo que está conectado a internet es potencialmente vulnerable a las intrusiones, pero como una nueva categoría de dispositivos, los altavoces inteligentes simplemente no han sido probados en el campo de la seguridad. Todavía no hemos experimentado un hackeo importante de altavoces inteligentes, aunque hay muchas pruebas que sugieren que no están hechos a prueba de balas. No mucho después de su lanzamiento, el Google Home Mini experimentó un error que llevó al dispositivo a registrar todo lo que sucedía en la casa de un reportero tecnológico 24 horas al día. Puede atribuirse a la suerte por parte de Google, pero es una rasgadura en el tejido de confianza que debe incluir este tipo de gadgets.
Los ciberdelincuentes prácticamente han prendido fuego a ese tejido. Hace unos meses, Wired publicó que un hacker había instalado con éxito un malware en un Amazon Echo para convertirlo en un dispositivo de escucha permanente. El malware permitía que el hacker transmitiera el audio desde el Echo a un servidor remoto, lo cual es una herramienta de espionaje bastante seria si lo piensas. Este exploit en particular solo funcionaba en dispositivos fabricados antes de 2017 y requería que el hacker tuviera acceso físico al Echo. Sin embargo, es el peor escenario posible para cualquiera que esté preocupado por tener un micrófono siempre encendido en su casa.
Lo que quiero decir es que que existen riesgos relacionados con la posesión de un altavoz inteligente. No es tan arriesgado como, por ejemplo, montar un laboratorio de metanfetamina en tu sótano. Pero mantener un micrófono conectado a Internet en tu cocina es ciertamente más problemático que tener un simple altavoz Bluetooth que solo reproduce música. Es posible que te sientas cómodo tomando ese riesgo. Piénsatelo dos veces antes de comprar un Amazon Echo o un Google Home para tus amigos y familiares. Puede que no quieran uno. En mi opinión, no deberían.