Pero volvamos al planteamiento teórico que nos proponen en RealLifeLore. ¿Y si acelerara al doble de su velocidad? Los cambios no son tan dramáticos como si se detuviera, pero tampoco son de los que se pueden pasar por alto. Para empezar, los días durarían solo 12 horas, lo que alteraría por completo los cliclos de sueño y vigilia de todas las especies, incluidos nosotros. A nivel tecnológico, muchos satélites como los GPS dejarían de funcionar porque su movimiento en órbita está adaptado a la velocidad de giro actual.

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Más preocupante que esto sería que la fuerza de los huracanes en las regiones tropicales aumentarían de manera exponencial. De nuevo, una preocupación menor comparado con el nivel del mar. La fuerza centrífuga desplazaría el agua de los océanos hacia el ecuador. El nivel del mar en estas regiones subiría alrededor de 100 metros, anegando por completo países como Colombia o Venezuela, y dejando los puntos más altos como nuevas islas.

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La acumulación de agua en el ecuador provocaría la aparición de un manto permanente de nubes en forma de anillo y posiblemente lluvias y tormentas permanentes en la zona. Sin contar los millones de personas que tendrían que desplazarse a otras latitudes, el ecuador se convertiría en una barrera muy difícil de atravesar que separaría los hemisferios norte y sur. El planeta en general sobreviviría a un cambio así, pero la vida para sus ocupantes no volvería a ser la misma. [RealLifeLore vía Popular Mechanics]