¿Sociedades offshore?

Explicado de manera muy simple, una sociedad offshore es una empresa constituida en un país diferente de aquel en el que desarrolla su actividad. Constituir una empresa de ese tipo no es ilegal. En ocasiones se hace para mantener capitales a salvo cuando en el país de origen la situación es inestable. También se crean sociedades de este tipo para la gestión de propiedades en otros países o para facilitar el comercio exterior y sortear restricciones de cambio de moneda.

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Una sociedad offshore, en definitiva, no es ilegal per se. Una persona o una empresa puede tener bienes o dinero en otros países siempre y cuando los declare correctamente a la hacienda del estado en el que reside oficialmente. Sin embargo, la naturaleza de las firmas offshore las convierte en una valiosa herramienta para desarrollar todo tipo de actividades financieras ilegítimas, como abrir cuentas corrientes en paraísos fiscales y países acogidos al secreto bancario como Suiza, así como usarlas para evadir impuestos.

¿Cuál es el papel exacto de Mossack Fonseca?

Cualquiera puede constituir una sociedad offshore, pero hacerlo es un proceso complicado y que implica toneladas de burocracia. En ese proceso, Mossack Fonseca hacían las veces de intermediarios. El bufete panameño proveía todo lo necesario para constituir la empresa. Para empezar, se necesita un asesor fiscal experto para determinar cómo crear la sociedad y en qué país es más beneficioso hacerlo. Aunque se llamen papeles de Panamá, las sociedades registradas por Mossack Fonseca no están necesariamente bajo la jurisdicción de ese país. La mayor parte, de hecho, están en paraísos fiscales como las Islas Caimán, o ls Islas Vírgenes Británicas.

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Después hay que designar designar a varios administradores de la sociedad que no tienen por qué coincidir con el beneficiario de la misma. Mossack Fonseca proveía estos testaferros. De nuevo, la actividad del bufete tampoco es ilegal en sentido estricto. Muchos de sus clientes realizan actividades perfectamente lícitas, pero hay otros que han empleado los servicios de la firma panameña para fines más oscuros como evadir y blanquear capitales.

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El problema, para empezar, es que la mayor parte de las veces Mossack Fonseca era contactada por un intermediario que actuaba en nombre del beneficiario de la sociedad offshore. Conocer estos beneficiarios es imposible sin una orden judicial.

¿Qué se ha encontrado hasta ahora?

Los Papeles de Panamá han revelado que entre los clientes de Mossack Fonseca hay 143 políticos, sus familiares o asociados. Entre esos políticos hay ya 12 presidentes de gobierno tan conocidos como Vladimir Putin. Una trama alrededor de un amigo íntimo del presidente ruso sugiere que es el beneficiario de una sociedad que oculta 2.000 millones de dólares.

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Junto a Putin aparecen nombres como Nawaz Sharif, primer ministro de Pakistán; Ayad Allawi, antiguo vicepresidente de Irak; Petro Poroshenko, presidente de Ucrania; Alaa Mubarak, hijo del antiguo presidente de Egipto, o el primer ministro de Islandia, Sigmundur Davíð Gunnlaugsson.

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La base de datos de Mossack Fonseca alberga 1.200 sociedades, 558 accionistas, 166 clientes intermediarios y 89 beneficiarios con dirección postal española. El futbolista Lionel Messi. la Infanta Pilar de Borbón, o el director de cine Pedro Almodovar, por ejemplo, son clientes.

¿Por qué son importantes?

De ahí a demostrar que Messi, Almodovar o Putin han infringido la ley hay un paseo muy largo. No todos los clientes de la firma tienen por qué estar implicados en actividades ilícitas. Del otro lado de la balanza, el nombre de Mossack Fonseca tiene un historial muy feo. La firma aparece en conocidos casos de corrupción vinculados a personalidades como los presidentes argentinos Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, o la primera ministra de Brasil Dilma Rousseff.

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Una primera consecuencia positiva del caso es que las agencias tributarias de los países implicados han sido invitadas a examinar la información. La hacienda española ya está examinando la base de datos en profundidad en busca de irregularidades.

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Aparte de sus previsibles consecuencias legales para más de un evasor de impuestos, los papeles de Panamá suponen una ventana abierta única a un mundo, el de los paraísos fiscales y las empresas offshore, que hasta ahora ha permanecido oculto al público general.

¿Quién ha destapado el caso?

La base de datos de Mossack Fonseca fue entregada por un denunciante anónimo al periódico alemán Süddeutsche Zeitung. La magnitud de la base de datos hizo que el diario decidiera compartir el descubrimiento con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ). La organización reclutó a un equipo internacional de 370 periodistas pertenecientes a un centenar de medios de comunicación de 76 países. Entre ellos está la BBC, The Guardian, o El Confidencial. En las próximas semanas, se irán publicando más datos sobre esta filtración. En mayo, la ICIJ se ha comprometido a hacer pública una versión navegable de la base de datos en su totalidad para que cualquiera pueda consultarla.

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