Vivimos en el pleno auge de los weareables. Decenas de marcas han visto una oportunidad en este mercado y no han tardado en subirse al carro con sus dispositivos inteligentes. Una de las últimas en hacerlo ha sido Realme, que hace unas pocas semanas presentaba su nuevo Realme Watch, el primer reloj inteligente de la marca china, que ofrece una experiencia acorde a su precio. Ni más, ni menos.
¿Por qué sacamos a relucir tan rápido lo del precio? Pues porque con los weareables —igual que con los móviles, ordenadores o televisores— hay tal cantidad de dispositivos que todo se reduce principalmente a una cosa: cuánto te quieres gastar.
Como te podrás imaginar, no, este reloj de 50 euros (54,99€ para ser exactos) no hace lo mismo que el Apple Watch 5 y que cuesta diez veces más. Para que nos situemos, está a caballo entre una pulsera de fitness y los smartwatch más avanzados. Así que ahora hablemos de lo que ofrece este nuevo dispositivo y de por qué podría (o no) interesarte a ti.
Por fuera, nada nuevo bajo el sol. El Realme Watch trae una caja cuadrada como la que ya hemos visto en infinidad de relojes inteligentes desde que Apple popularizase el formato. El reloj resulta sorprendentemente ligero (solo 31 gramos) y, a pesar de los acabados en plástico, no es de los que grita “barato” a los cuatro vientos. Una de las cosas de las que puede presumir el Realme Watch es que parece un dispositivo más caro de lo que realmente es.
Las correas del reloj son otro cantar. Aunque el tacto de la silicona no es para nada malo, el aspecto deja algo más que desear. Realme ha diseñado correas en cuatro colores —negro, azul, verde, rojo— aunque de momento solo se puede reservar en negro. Lo bueno es que las correas son completamente intercambiables por otras de 20 mm.
El Realme Watch solo tiene un único botón en su lateral, que sirve tanto para apagar o encender la pantalla/dispositivo, como para ir para atrás en los menús. En la parte trasera podemos encontrar un imán para colocarlo sobre la base de carga, un sensor óptico de frecuencia cardíaca y un medidor de oxígeno en sangre que funcionan bastante bien.
Una pantalla más que correcta
La pantalla tiene un tamaño de 1,4 pulgadas y una resolución de 320 x 320 píxeles, unos números más que suficientes para leer con claridad las notificaciones que llegan desde el teléfono —aunque no podrás responderlas desde ahí—y todos los menús del reloj. Pero lamentablemente, todo lo que ves en el frontal no es pantalla, ya que los marcos —sobre todo el inferior— se comen parte de sus superficie.
Aun así, el panel LCD que trae montado es bastante decente y se puede ver bien tanto en exteriores —eso sí, con el brillo al máximo— como en interiores. Como el reloj no trae función de brillo automático, he acabado dejando casi siempre el brillo alto por que es la única forma de ver el reloj a plena luz del día, y eso sin duda se nota también en la batería.
Una batería correcta, por otro lado, pero algo más lejos de lo que promete Realme. Aunque desde la marca china aseguran que puede aguantar hasta 7 días con el monitor de frecuencia cardíaca encendido, la realidad es que con un uso normal del reloj estamos más cerca de los 5-6. Aun así, esto no es ningún drama. El reloj se carga a más del 50% en apenas 50 minutos, y en unas dos horas se ha cargado entero. Además, si prescindimos de las notificaciones y de la medición constante de frecuencia cardíaca, el reloj aguanta unos doce días del tirón.
Falta personalización
Si algo se echa en falta en este reloj son opciones de personalización. Por un lado, apenas existen una docena de esferas de reloj entre las que elegir. Realme ha dicho que irán llegando más, que podremos descargar desde su aplicación Realme Link, pero las que hay —de momento— se antojan insuficientes.
También me parece que hay otra carencia importante: no se pueden reordenar los menús. Cada vez que quiero usar algunas funciones determinadas del reloj, como la de despertador, tengo que hacer scroll por encima de un montón de cosas que no uso. Para mi puede ser el despertador, pero para otro será el cronómetro o la función de buscar el teléfono. Sería estupendo que cada cuál lo pueda poner el orden que le venga en gana, así que espero que sea una de las cosas que Realme actualice en un futuro.
Una de las cosas que parece que no tendrán mayor solución es que no se pueden instalar esferas de reloj o funcionalidades de terceros, por lo que dependeremos única y exclusivamente de la oferta de Realme.

Para medir nuestra actividad física, el reloj cuenta con 14 modos deportivos: correr al aire libre, caminar, correr en interiores, ciclismo al aire libre, capacidad aeróbica, entrenamiento de fuerza, fútbol, baloncesto, tenis de mesa, bádminton, ciclismo en interiores, elíptica, yoga y críquet. Como el reloj no cuenta con GPS incorporado, tendrás que llevar el teléfono contigo si quieres ver el recorrido que has hecho. Además, como tiene resistencia al agua IP68, podrás mojarlo sin miedo a estropearlo.
El Realme Watch también tiene otras funciones interesantes, como monitorizar tu sueño, buscar tu smartphone, manejar de forma remota la cámara del teléfono o controlar la reproducción de música, aunque esto último no puedes hacerlo cuando estás registrando algún tipo de ejercicio físico (¿en serio, Realme?).

En general, hace un buen trabajo a la hora de registrar las actividades, aunque de vez en cuando muestra picos extraños en la monitorización de la frecuencia cardíaca o apunta menos minutos de sueño de lo que debería cuando dormimos. Sin embargo, ninguno de estos fallos son especialmente graves.
Lo que sí que puede ser excluyente para muchos es que la aplicación de Realme Link no es compatible con iOS. La marca china ha dicho que está trabajando duramente en ella, pero la realidad es que a día de hoy todavía no está lista.

Conclusiones
El Realme Watch deja sentimientos encontrados. En el fondo, se trata de una pulsera de fitness glorificada, mas que un smartwatch hecho y derecho. Y ojo, esto no me parece malo. Creo que ha sabido encontrar un hueco entre ambos elementos: su estética es notablemente mejor que la de una pulsera de fitness, su pantalla hace que leer notificaciones sea mucho más cómodo y además, tiene un precio lo suficientemente competitivo como para coexistir entre las dos.
Sin embargo, tiene sus limitaciones. A nivel de software, Realme todavía tiene algunas cosas que pulir; las funciones que tiene el reloj son las que son —y sin la posibilidad de instalar otras de terceros no parece que vayan a sufrir mucho cambio— y además algunas métricas tienen fallos puntuales.
Si estás buscando un dispositivo con las funcionalidades de una pulsera de fitness pero con una pantalla más grande donde realmente se puedan leer notificaciones y que además sea algo más bonito estéticamente, el Realme Watch puede ser una buena elección. Si estas cosas te dan igual quizás te convenga tirar a la baja y hacerte con una pulsera de fitness, y si lo que buscas es un dispositivo profesional, creo que tendrás que aumentar notablemente tu presupuesto.
En resumen
- La batería dura entre 5-6 días si tenemos continuamente activado el monitor de frecuencia cardíaca y las notificaciones. Se carga al completo en un par de horas.
- Las funciones son muy parecidas a las de una pulsera fitness, aunque incluye monitor de oxígeno en sangre y resistencia al agua IP68.
- Quedan detalles del software que todavía faltan por pulir.
- La aplicación de Realme es algo simple y no da métricas muy detalladas.
- Solo podemos descargar las esferas de reloj que ofrece Realme, y de momento son pocas.
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