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Registran un gigantesco rayo de 768 kilómetros y 17 segundos sobre Estados Unidos

El fenómeno ya es el nuevo récord mundial al rayo más largo.

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Imagen para el artículo titulado Registran un gigantesco rayo de 768 kilómetros y 17 segundos sobre Estados Unidos
Foto: Mladen Antonov/AFP (Getty Images)

Un espectacular rayo recorrió el cielo de Mississippi y Texas el pasado 29 de abril de 2020. La chispa eléctrica, que no llegó a tocar tierra en ningún momento, alcanzó tal magnitud que se extendió a lo largo de 768 kilómetros (477 millas) durante un lapso de tiempo de 17,01 segundos.

La Organización Meteorológica Internacional (WMO) acaba de confirmar que se trata del rayo más largo jamás registrado tras la publicación de un informe sobre el fenómeno realizado por la Sociedad Americana de Meteorología. Se da la curiosa circunstancia de que no fue el único récord en tormentas eléctricas ese año. El 18 de junio, un segundo rayo batió el récord mundial de duración al prolongarse durante 17,10 segundos. Esta segunda descarga cruzó los cielos sobre Argentina. Las marcas superan los anteriores récords en 59km (37 millas) y 0,4 segundos respectivamente.

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No es fácil saber si este tipo de fenómenos son nuevos o por el contrario llevan sucediendo desde hace tiempo cuando las condiciones son propicias. La razón es que no hace mucho tiempo que somos capaces de medir su longitud y posición con precisión. En 2017, la llegada de los nuevos sistemas de medición geoestacionaria de rayos vía satélite abrió una fascinante caja de Pandora para la meteorología. Desde entonces no hemos hecho más que registrar récord sobre récord, pero es complicado saber aún si es que están aumentando de intensidad.

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“Ahora estamos en posición de tomar excelentes mediciones de estos fenómenos en todas sus facetas, lo que nos permite descubrir nuevos aspectos sobre su comportamiento”, explica en un comunicado de la WMO Michael J. Peterson, principal autor del estudio sobre estos dos rayos en el Laboratorio Nacional Los Álamos. “Ahora que tenemos un registro más sólido sobre estos rayos monstruo podemos comenzar a entender cómo ocurren así como el desproporcionado impacto que tienen”. Cómo apunta Peterson, aún no hay una explicación definitiva a qué tipo de circunstancias meteorológicas concurren para la generación de estos gigantescos rayos.