
Si te ríes de Elon Musk, pueden pasar dos cosas: que acabe destruyéndote en los tribunales o termine haciendo negocio con tus burlas. El fiasco de las ventanillas de vidrio blindado del Tesla Cybertruck entra dentro de la segunda categoría.
Recapitulemos. Los Ángeles, noviembre de 2019. Elon Musk acaba de presentar una estrafalaria camioneta eléctrica llamada Tesla Cybertruck. Para demostrar la resistencia de la carrocería, el diseñador principal de la compañía, Franz von Holzhausen, golpea una de sus puertas con un mazo. No pasa nada. A continuación, von Holzhausen lanza una bola de metal contra la ventana delantera del vehículo. Para sorpresa de Musk, el vidrio estalla. Von Holzhausen lo intenta de nuevo con la ventana trasera. El cristal vuelve a romperse.
Durante el resto de la presentación, el Cybertruck quedó en segundo plano con las ventanas estalladas. Todas las fotos de prensa, todos los resúmenes de los informativos reprodujeron la fallida demostración, que en redes sociales se había vuelto viral. El propio Elon subió a Twitter un vídeo del ensayo en el que la ventana no se rompía, y explicó que el problema habían sido los martillazos, que agrietaron la base de los cristales antes del lanzamiento de las bolas.

Al final, las ventanillas rotas sirvieron para multiplicar la visibilidad del lanzamiento, que ha batido todos los récords de reservas. Y la compañía no ha dejado pasar la oportunidad de hacer caja con ellas. Ahora la tienda oficial de Tesla vende camisetas del “Cybertruck a prueba de balas”. Por detrás, llevan la silueta de la camioneta con el logo que tan poco gustó a mi compañero Eduardo. Por delante, una reproducción exacta de la primera ventanilla que estalló. Son 100% algodón y vienen en tallas XS a XXL. ¿Su precio? 35 dólares.