Este año Apple presentó no uno sino dos nuevos iPhone, el iPhone 8 (junto al 8 Plus) y el iPhone X. No obstante, originalmente Apple solo lanzaría un móvil este año; el iPhone X estaba planeado para 2018, pero decidieron adelantarlo un año y ofrecer, por primera vez, dos nuevos modelos de gama alta el mismo año.
A diferencia de en ocasiones anteriores, esta vez Apple no lanzaría un iPhone tope de gama acompañado de un modelo más accesible (como cuando llegó el ya olvidado iPhone 5c junto al iPhone 5s), sino dos modelos de última generación, sin importar si la llegada del iPhone X podía afectar o no las ventas del iPhone 8.
Según comentó Dan Riccio, vicepresidente de ingeniería de hardware de Apple, en una entrevista con Mashable, el plan original de la compañía era lanzar el iPhone X en 2018, no este año. No obstante, adelantaron su lanzamiento, que casualmente coincide con el décimo aniversario del iPhone.
“Con mucho trabajo, talento, firmeza y determinación logramos presentarlo al mundo este mismo año”.
Sin embargo, las razones por la que lo hicieron se desconocen. El iPhone X ha opacado por completo la atención en el iPhone 8, un modelo cuyo precio no dista tanto del costo del iPhone más avanzado e innovador. Lo que sí está claro es que Apple se empeñó en lanzar este iPhone justo en el momento en el que tantas otras compañías, como Samsung, habían optado por las pantallas sin bordes y otros cambios drásticos en el diseño de sus móviles. El iPhone X, sin marcos y con su sistema de seguridad de reconocimiento facial, llegó para plantar cara a una serie de rivales que parecían adelantarse.
Riccio también comentó que nunca perdieron tiempo en intentar implementar un lector de huellas dactilares detrás de la pantalla o en los lados del móviles, dado que Apple cree que Face ID es el futuro de la seguridad para sus productos, reemplazando a Touch ID. [Mashable vía Verge]