Un satélite de la NASA vio ayer cómo el ojo del huracán Irma —ya convertido en un ciclón de categoría 5— pasaba justo por encima de Barbuda, parte del Estado de Antigua y Barbuda. La isla caribeña llevaba más de siete horas incomunicada cuando el primer ministro, Gaston Browne, pudo sobrevolarla en helicóptero.
Fue entonces se confirmaron los peores temores: la isla de 1800 habitantes había quedado devastada por el paso del huracán. Según el primer ministro Browne, los vientos de hasta 300 km/h dañaron el 95% de las estructuras del territorio insular, dejando al menos un infante muerto.
Las primeras imágenes de Barbuda muestran edificios reducidos a escombros, casas sin tejado y terrenos inundados. El pequeño aeropuerto de la isla también sufrió daños, y los primeros suministros de Antigua tendrán que llegar en ferry o helicóptero. Los instrumentos meteorológicos se rompieron a las 2:24 am, cuando marcaban vientos de 248 km/h.
Los servicios de telecomunicaciones quedaron completamente destruidos: no hay antenas de satélite y una torre de telefonía móvil se partió en dos. Tampoco hay agua ni electricidad y los servicios públicos no funcionan, por lo que el primer ministro habla de una isla “prácticamente inhabitable”.
Browne cree que harán falta varios años para reconstruir todo lo devastado, y estima que el huracán Irma ha causado daños por 150 millones de dólares. “Barbuda en este momento es literalmente un escombro”, dijo en una entrevista, y añadió que el 60% de los residentes se han quedado sin hogar.
El gobierno de Antigua y Barbuda tendrá que viviendas privadas para los habitantes de Barbuda que no tengan familiares en Antigua. La evacuación de la isla será voluntaria, pero podría convertirse en obligatoria si el huracán José representase una nueva amenaza para el país.