
No solo los humanos somos capaces de seguir el ritmo de un beat, ahora sabemos que en ese conjunto de seres vivos capaces de “bailar” hay que incluir a las ratas. Así lo atestigua un nueva investigación que ha captura a estas criaturas moviendo la cabeza al ritmo de la música.
Dicho de otra forma, y como cuentan en un artículo recientemente publicado, las ratas podían seguir el ritmo por la constante de tiempo del cerebro, descrita como la velocidad a la que las células nerviosas del cerebro pueden responder a algo.
Para llegar a esta fascinante posibilidad, un equipo de la Universidad de Tokio comenzó con dos ideas sobre si las ratas podían sentir el ritmo. Una teoría era que el tempo musical ideal para la sincronicidad de los latidos estaría determinado por la constante de tiempo del cuerpo (no del cerebro). Como explican, esto es diferente para todos los animales, ya que se basa en el movimiento del cuerpo y la frecuencia de los pasos y, por tanto, sería más rápido para los animales más pequeños, como las ratas, en comparación con los humanos.
La segunda idea era que el ritmo óptimo estaría determinado por la constante de tiempo del cerebro que, como explican, es sorprendentemente similar en todas las especies.
Esta era la teoría, y para llevarla a la práctica los participantes humanos usaron acelerómetros en sus auriculares, mientras que las ratas usaron acelerómetros diminutos directamente en sus cabezas que podían medir sus habilidades para mover la cabeza. Tanto humanos como ratas escucharon 60 segundos de Mozart en cuatro tempos diferentes: 75 por ciento, 100 por ciento, 200 por ciento y 400 por ciento de la velocidad original.
¿Resultado? Se mostró que los golpes de cabeza de las ratas se encontraban más a tiempo dentro del rango de 120-140 latidos por minuto. El equipo también descubrió que tanto las personas del experimento como las ratas sacudían la cabeza con un ritmo similar, y que el nivel de sacudidas de la cabeza disminuía con el aumento de la velocidad de la sonata.
No solo eso. También se encontró que los movimientos de la cabeza se reconocían más fácilmente cuando las ratas estaban en posición bípeda. De hecho, un segundo experimento exploró esto y reprodujo canciones de artistas populares, como Maroon 5 y Lady Gaga, a las ratas. Según el profesor asociado Hirokazu Takahashi de la Escuela de Graduados en Ciencias y Tecnologías de la Información:
Las ratas mostraron una sincronización de latidos innata, es decir, sin ningún tipo de entrenamiento o exposición previa a la música, más claramente dentro de 120-140 lpm (latidos por minuto), a la que los humanos también muestran la sincronización de latidos más clara.
Por todo ello, el equipo de investigadores sugirió que “el tempo óptimo para la sincronización de los latidos depende de la constante de tiempo en el cerebro”. [IFLScience]