La macabra historia comenzó en los 90, aunque no se supo nada hasta ahora, cuando un obrero de la construcción en Krasnodar, una región de Rusia a unas cinco horas de Sochi, se encontró un teléfono móvil en el suelo mientras trabajaba en una carretera. En su interior, un selfie espantoso.
El hombre contó a la policía que su primer instinto fue tratar de desbloquearlo para averiguar el nombre de la persona que lo había perdido. Para su sorpresa, el teléfono no contaba con sistema de bloqueo, así que pudo acceder a toda la información con facilidad.
Cuando accedió a la galería de fotos se percató de que el teléfono pertenecía a un hombre. Todo muy normal hasta que llegó a una imagen dantesca. Aquel tipo se estaba haciendo un selfie con lo que parecían partes de un cuerpo humano desmembrado. El horror se hizo manifiesto cuando las siguientes imágenes mostraban un puñado de selfies similares, el mismo hombre, aunque con otras partes del cuerpo donde se incluían la cabeza y las muñecas de una mujer.
El tipo llamó rápidamente a la policía y se abrió una investigación. Al día siguiente encontraron los restos de una mujer muerta en el interior de un bolso en un descampado, muy cerca del sitio donde se encontraron el teléfono. Mientras, la policía pudo utilizar la tarjeta SIM del teléfono para localizar al presunto propietario: Dmitry Baksheev, de 35 años y empleado en una escuela de aviación militar estatal.
Unas horas más tarde, Baksheev y su esposa Natalia eran detenidos y acusados formalmente de secuestrar, matar y comer a un número indeterminado de personas, una serie de asesinatos atroces que, según las imágenes del teléfono, habrían comenzado a finales de la década de los 90.
Baksheev lo negó todo en un principio y le dijo a la policía que se había encontrado los restos. También dijo que se hizo los selfies antes de perder su teléfono.
Mientras se le tomada declaración, la policía registraba la casa de la pareja. Allí encontraron carne congelada que parecía humana o de algún animal. También encontraron un frasco de vidrio con una mano enlatada expuesta en un mueble.
Según cuentan en CNN, ayer se habían identificado hasta 7 víctimas después de buscar en la casa. Sin embargo, hasta el día de hoy Dmitry sólo había cambiado su versión inicial una vez para admitir que había cometido dos asesinatos, el de la mujer fotografiada en el teléfono y otro asesinato adicional en el 2012.
Finalmente, hace escasas horas Dmitry Baksheev y su mujer Natalia, conocidos ya en Rusia como la “pareja caníbal”, han admitido que se comieron al menos a 30 personas durante estos años, todas en el sudeste de Rusia. Además, la pareja también ha contado a la policía cómo cometía sus crímenes.
Tal y como cuenta Independent, la pareja drogaba a sus víctimas con una sustancia llamada Corvalol para someterlos antes de matarlos, una teoría que la policía ya apuntaba debido al fuerte olor que desprendía la casa. Según los últimos registros en la casa, hasta el momento se han descubierto 8 partes de cuerpos congeladas junto a piel desollada, 19 restos de piel humana e imágenes y vídeos sobre “lecciones” para caníbales.
La pareja vivía en uno de los apartamentos de la Academia de Aviación Militar, propiedad del Ministerio de Defensa donde ambos trabajan. Ahora las labores se centran en averiguar cómo pudieron llevar a cabo uno de los casos más terribles de canibalismo de la historia. [Independent, CNN, RT]