No se puede decir que a Santiago Calatrava no lo impulse un continuo afán de superación. El Museo del Mañana de Río tardó 40 días en mostrar sus primeros problemas. La nueva estación intermodal que el arquitecto español ha diseñado para Nueva York ha tardado solo 24 horas en mostrar grietas.
Una neoyorquina ha sido la primera en apreciar las grietas en las enormes costillas blancas del Oculus, que es como el célebre y a la vez infame arquitecto ha denominado al atrio de su estación. Los menos afectos al personaje ya conocen la estructura como el Calatravasaurio.
Calatrava presentó su propuesta para esta estación en 2004, y debería haberse inaugurado en 2009, pero la construcción de la estructura sufrió no pocas complicaciones y retrasos hasta el punto de duplicar el presupuesto que se contemplaba inicialmente, que alcanzó los 4.000 millones de dólares (3.600 millones de euros). De hecho, la inauguración celebrada el tres de marzo ha sido parcial y bastante discreta. El atrio aún no tiene los comercios abiertos y hay una buena parte de la estación sin completar. La inauguración definitiva se espera para bien entrada la primavera.
Esa es precisamente la explicación que ha dado el estudio del arquitecto español al tuit de la visitante al recién inaugurado edificio. Según la oficina de Calatrava, la foto corresponde a una zona en obras que aún no se ha pintado. [vía Crónica Global]
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