4 chicos doblaron la esquina y 2 de ellos caminaron hacia adelante. Le dieron un par de empujones al monolito y uno de ellos dijo “Será mejor que ya tengas tus fotos”. Luego le dio un gran golpe y se volcó, inclinándose hacia un lado. Gritó a sus otros amigos que no necesitaban las herramientas. El otro chico que estaba con él en el monolito luego dijo “por eso no dejas basura en el desierto”. Luego, los cuatro se acercaron y lo empujaron casi al suelo por un lado, antes de que decidieran empujarlo hacia atrás por el otro cuando luego salió y aterrizó en el suelo con un fuerte golpe. Rápidamente lo rompieron y mientras lo llevaban a la carretilla que habían traído, uno de ellos nos miró a todos y dijo: “No dejen restos”. Eso fue a las 8:48. 

Si te preguntas por qué no los detuvimos, creo que hicieron bien en sacarlo. Pasamos la noche y al día siguiente caminamos hasta la cima de una colina con vista al área donde vimos al menos 70 autos diferentes (y un avión) entrando y saliendo. Coches aparcados por todas partes en el delicado paisaje desértico. Nadie siguiendo un camino ni entre ellos. Literalmente, podíamos ver a personas que intentaban acercarse a él desde todas las direcciones para intentar alcanzarlo, alterando permanentemente el paisaje intacto. La madre naturaleza es una artista, lo mejor es dejarle el arte en libertad.

Así que el monolito de la discordia ya no está, y con ello, presuntamente dejarán de llegar hasta la zona los curiosos. Por cierto, la historia ahora parece repetirse en las colinas de Rumania, donde se ha dejado ver otra pieza similar para que sigamos entretenidos hasta que termine este inclasificable 2020. [Boing Boing, Instagram, Sky News]