
El momento tuvo lugar el domingo por la tarde. Se habían reunido a través de Zoom varios deportistas de élite serbios para hablar sobre el destino de sus deportes, y entre ellos, Novak Djokovic, el número uno del tenis y en la lucha con Nadal y Federer por convertirse en el más grande de la historia. Y de repente, Djokovic soltó la bomba: “Personalmente, me opongo a la vacunación”.
Pero antes de hablar del peligro que encierran las palabras de la leyenda del tenis, conviene entender quién es Djokovic, ya que es imposible separar a la persona (y su espiritualidad) del deportista.
Al comienzo de su carrera, Djokovic tenía un problema: el físico. Era innegable que en aquel joven había alguien tocado con la varita de los elegidos, pero por la razón que fuera, el tenista no era capaz de aguantar partidos que se alargaran. Esta es la razón que ha llevado a Novak a comentar más de una vez cómo tuvo lugar el punto de inflexión en su carrera.
Djokovic habla del día que un médico le colocó una rebanada de pan blanco en el estómago. Según el deportista, un ejercicio de resistencia posterior indicó que tenía una alergia celíaca, lo que lo llevó a abandonar el gluten de su dieta y conquistar el mundo del tenis. Según Novak:
Es telequinesis y telepatía, dones de un orden superior, la fuente, el dios, lo que sea, que nos permite comprender el poder y el orden superior en nosotros mismos.

De hecho, tuvo un entrenador que hacía labores de psicólogo, el español Pepe Imaz, donde, entre otras técnicas, se incluían los abrazos extremadamente largos para encontrar ese poder superior del que hablaba.
Djokovic también está en contra de la cirugía. En el año 2017 se separó de su entrenador, el ex tenista Andre Agassi, después de resistirse a una intervención médica. El tenista de Belgrado pensaba que su codo se curaría con tratamientos alternativos y holísticos.
Pasó el tiempo y finalmente se sometió a una cirugía en 2018. Cuando despertó, lloró durante varios días. “Cada vez que pensaba en lo que hacía, sentía que me había fallado a mí mismo”, le dijo al diario Telegraph.
Cinco meses después levantó el título de Wimbledon.
Su mujer Jelena, ex tenista, difundió a principios de abril el video viral del Dr. Thomas Cowan y su teoría desacreditada que vincula la tecnología 5G con el brote de coronavirus (la propia red social luego lo eliminó). Como contamos, los vídeos como el de Cowan han llevado a la destrucción de numerosas antenas de 5G en Reino Unido.
Con este contexto sobre el tenista, quizás se entienda un poco más lo ocurrido en el encuentro en Zoom con otros deportistas de su país. Djokovic dijo que “personalmente, me opongo a la vacunación y no quisiera que alguien me obligue a vacunarme para poder viajar. Pero si se vuelve obligatorio, ¿qué pasará? Tendré que tomar una decisión”.
Hace unos días, Andy Murray y Novak Djokovic realizaron un Instagram live donde departieron durante una hora sobre sus carreras y su amistad. Al final de la charla, un fan les preguntó sobre las tres cosas que hacían después de despertarse. Según Djokovic:
Gratitud y oración, un par de respiraciones largas y profundas, abrazando a mi esposa y corriendo hacia mis hijos.
No hay ningún problema en la espiritualidad con la que vive Novak Djokovic, de hecho, estoy seguro que le ha funcionado teniendo en cuenta donde ha llegado. Pero cuando una persona es referencia para millones de jóvenes, hay que tener mucho cuidado, porque entonces la espiritualidad personal podría ser dañina.
Que Djokovic se haya declarado abiertamente antivacunas no es buena noticia, ya no solo para el deporte, sino para el mundo en general. En los tiempos actuales, con una pandemia que ha paralizado al planeta entero, las decisiones personales de personajes públicos como Novak tienen el potencial universal de afectar a muchísimas personas. [Sky, Telegraph]