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El escalofriante síndrome de Munchausen: una madre de Texas ha sometido a su hijo a 13 cirugías estando totalmente sano

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Aún leyendo la noticia varias veces, no parece posible. Una madre de Texas ha sido arrestada después de llevar a su hijo de ocho años al hospital 323 veces, y someterle a 13 cirugías alegando todo tipo de enfermedades. Resulta que el niño siempre estuvo sano. ¿Cómo ha sido posible?

Al parecer, Kaylene Bowen alegó que su hijo Christopher tenía una cáncer terminal, también alegó que Christopher sufría de alergia a la leche y que necesitaba de un trasplante de pulmón de forma inmediata o moriría. Alegó otras muchas dolencias, todas graves, y todas mentira.

Sin embargo, lo que no se entiende muy bien es cómo ha podido pasar el filtro de los doctores, quienes supuestamente han debido analizar al niño antes de entrar a la sala de operaciones, hasta en 13 ocasiones.

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Lo cierto es que la historia de los Bowen sólo se entiende a partir de la escalofriante enfermedad mental que podría sufrir la madre mucho antes de nacer Christopher.

13 operaciones estando sano

Christopher Bowen, de 8 años, pasó parte de su corta vida en una silla de ruedas, alimentándose a través de un tubo y sometiéndose a cirugías, muchas de ellas complicadas. Hasta aquí, todo más o menos normal. Sin embargo, un impactante informe en Star-Telegram ha hecho saltar las alarmas: el niño ha estado perfectamente sano todo el tiempo, y su madre ha pasado años fingiendo cada aspecto de su “enfermedad”.

La semana pasada, la madre de Christopher, Kaylene Bowen, fue arrestada después de haber sido acusada de causar “graves lesiones corporales” a su pequeño. Supuestamente, Kaylene llevó a su hijo a 323 visitas al médico o al hospital, y lo más grave de todo, a 13 cirugías que en realidad no eran necesarias.

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Los primeros médicos a los que acudió recuerdan que Kaylene afirmaba que su hijo sufría de un trastorno genético raro. Meses después, cambio la dolencia: el niño tenía cáncer y necesitaba ayuda rápida.

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Algunos de los tratamientos que consiguió por medios privados fueron tan invasivos que provocaron tres infecciones que pusieron en peligro la vida de Christopher. Según explicaba esta semana el padre del pequeño a la CBS:

Casi muere en tres ocasiones diferentes debido a infecciones de las 13 cirugías. Ahora tiene un largo camino por delante. Odio que haya tenido que pasar por todo eso. Lo odio. Lo odio con toda mi alma.

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El padre se llama Ryan Crawford, y hace mucho tiempo que no se hablaba con Kaylene. El hombre ofreció al medio alguna pista de lo que había detrás de esta espantosa historia. Decía que incluso antes del nacimiento de su hijo, sospechaba que algo andaba mal con la madre del niño.

Cuando Kaylene estaba embarazada, llamaba a Crawford en medio de la noche desde hospitales al azar, le decía que había sido admitida por todo tipo de razones. Una vez, por ejemplo, afirmó que había tenido fiebre altísima durante siete días consecutivos. Cuando el niño nació las cosas no mejoraron, “siempre decía que Christopher estaba enfermo. Cada semana. Cada mes. Decía que algo andaba mal”, ha contado el padre.

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Entre el año 2009 y el año 2016, los registros médicos muestran que Christopher fue visto 323 veces en hospitales y centros pediátricos de Dallas y Houston, y se sometió a esas 13 cirugías de consideración, de acuerdo con un informe que ha visto la luz en Child Protective Services.

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Esto significa que a lo largo de su vida, Christopher ha vivido más tiempo colgado de una máquina de oxígeno o en una silla de ruedas, que viviendo como un niño normal. Ha soportado procedimientos y cirugías invasivas, incluido el uso de un tubo de alimentación que va directamente al intestino delgado, uno que le ha provocado múltiples infecciones de la sangre.

Tras la acusación formal la semana pasada, la gente se pregunta cómo ha podido ocurrir algo así. Puede darse el caso de que un médico negligente haya asumido alguna enfermedad “falsa” del chico, pero llevarlo a cirugía son palabras mayores.

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Munchausen por poderes

La respuesta, después de varios análisis a Kaylene, podría ser el llamado síndrome de Munchausen, un extraño trastorno que se ajusta perfectamente a la conducta de la madre donde una persona es capaz de exagerar o crear síntomas médicos para llamar la atención. En el caso de Kaylene es peor, porque ha llevado a cabo “su obra” o delirio al cuerpo de su hijo, una forma de abuso infantil donde un cuidador finge que su hijo está enfermo para llamar la atención.

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En este caso, se llama síndrome de Munchausen por poder, y a menudo pasa desapercibido. Los expertos aún no saben exactamente por qué sucede, aunque algunas teorías dicen que está relacionado con el trauma de la infancia de un cuidador o con el estrés. No hay estadísticas confiables para decir con qué frecuencia ocurre porque muchos casos ni se conocen, pero se estima que son extremadamente raros.

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Además, es difícil de detectar porque las personas con esta enfermedad mental no están buscando beneficios económicos con ello. En cambio, sus acciones surgen de una “necesidad interna” para obtener el tipo de simpatía y atención que generalmente se brinda a las personas enfermas y sus familias. Curiosamente, es más común en las madres, especialmente aquellas que trabajan en el campo médico y saben mucho sobre la atención médica.

Para inventar síntomas en un niño sano, las madres pueden hacer de todo, por ejemplo, agregar sangre a la orina o heces de un niño, retener alimentos, falsificar resultados de laboratorio o registros médicos, dar a los niños medicamentos que los enferman o incluso infectar sus vías intravenosas, de acuerdo con el NIH.

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Kaylene llevó al extremo todos estos engaños que atentaban contra la salud de su hijo, en muchos casos haciendo del pequeño una “celebridad” a través de las redes sociales para recaudar fondos que luego utilizaba en seguros privados del país con los que acometer las operaciones. Además, y como explica el NIH, esto añade una dificultad extra para detectar a quien sufre el síndrome, ya que parece totalmente dedicada a su hijo. Desde la distancia, esa devoción puede parecer normal, incluso admirable.

A falta de una confirmación oficial, Kaylene es uno de esos extraños casos que la medicina ha catalogado como Munchausen. Mientras, Christopher se recupera en una clínica. [Star-Telegram, BBC, Wikipedia, CBS]