Tyler Martin es propietario de un Tesla Model S comprado hace ahora exactamente un año. El señor Martin ha pasado estos 365 días documentando los diferentes problemas técnicos que ha experimentado con su vehículo y lo ha resumido en un vídeo. El vídeo dura 25 minutos.
La lista de Martin incluye imperfecciones en la pintura, una pantalla táctil que atrapa demasiado polvo, y desajustes en el alineamiento de las puertas. Estas tres cosas corresponden al primer día. A medida que pasaba el tiempo comenzaron a salir muchas otras. Al cabo de seis meses y 4.800 kilómetros llevó el vehículo al servicio técnico por primera vez. Allí explicó a los técnicos que el espejo retrovisor eléctrico solo se despliega parcialmente y tiene que empujarlo con la mano para que se abra del todo.
El vídeo no llega en muy buen momento teniendo en cuenta que Tesla está pasando por un infierno para hacer efectivas las cientos de miles de reservas de su nuevo automóvil, el Model 3.
Muchos se preguntan como logra la compañía alcanzar sus metas de producción y al mismo tiempo mantener los estándares de calidad, sobre todo cuando la calidad no ha sido precisamente su punto fuerte en los últimos años. Los propietarios del Model X se quejaron de incidencias desde el principio, y el Model S ha recibido notas de fiabilidad muy en la media por parte de Consumer Reports. Parece que el automóvil del señor Martin no llega ni a la media.
Martin también trató de que los responsables del servicio técnico oficial alinearan la puerta correctamente, pero al parecer no fueron capaces. Para rematar, la puerta trasera ha comenzado a mostrar un extraño retardo entre el momento en el que se tira de la manilla y el momento en que se abre.
Otras de las cosas de las que informó al concesionario eran que la puerta trasera del lado del copiloto vibra, el volante no está perfectamente alineado cuando el coche va en línea recta, la puerta delantera del piloto chirría al abrirse y el parabrisas está defectuoso.
Para cuando visitó por segunda vez el servivio técnico, la otra puerta comenzó a vibrar también. El técnico lo arregló y sustituyó el parabrisas con otro... que también resultó estar defectuoso. Tras la visita, Martin se percató de que la parte interna de la puerta se estaba soltando.
En los meses que siguieron, el Model S fue adquiriendo otras partes que vibraban y se sacudían, incluyendo una en el salpicadero. Elo volante siguió torcido, el ventilador del aire acondicionado comenzó a hacer ruido y el puerto de carga comenzó a dar problemas al abrirlo con el mando y a veces no se abría.
La mayor decepción de este consumidor enfadado llegó el día en que notó una extraña línea amarilla alrededor de la pantalla táctil de 17 pulgadas. El fallo fue la gota que colmó la paciencia de Martin, que ha comenzado a preguntarse sobre cómo envejecerá su automóvil.
En mi cabeza, el fuerte de Tesla es la tecnología, y esa competencia se resume en la pantalla táctil de 17 pulgadas. Si el Model S está tan pobremente construido que las cosas fallan de manera rutinaria, ¿qué debo pensar de la viabilidad a largo plazo de sus componentes mecánicos?
Curiosamente, Martin termina su alocución elogiando al servicio técnico de la compañía y asegurando que ama el Model S a pesar de todos sus defectos:
A pesar de todos los problemas que he tenido, el Model S es un coche fantástico. Llevo disfrutando de él prácticamente todos los días.
Nos hemos puesto en contacto con Tesla por si la compañía quiere comentar o añadir más información al vídeo de Martin. [vía Gur814]