
Samsung lleva años haciendo monitores, pero los ejecutivos de la compañía aseguran que solo el Odissey G9 del año pasado se puede considerar su primer buque insignia en materia de monitores de gaming. El nuevo Odissey Neo acaba de llegar y, por lo que hemos visto, revalida ese título con creces.
El Odyssey Neo G9 tine el mismo tamaño (46 gloriosas pulgadas) y formato panorámico que su predecesor. Sin embargo, es el primero dotado de un panel Quantum Matrix con MiniLED y soporte Quantum HDR. Ambas son tecnologías que ya conocemos de los televisores Samsung de alta gama, pero es la primera vez que llegan a un monitor para videojuegos. Tras comprobar de lo que son capaces en persona, su impacto en la calidad de imagen es importante.

El brillo máximo de este nuevo panel alcanza los 2.000 Nits, el doble de lo que tenía el anterior Odyssey G9. 2.048 zonas de dimming proporcionan un contraste mucho mejor a la vez que se libran completamente de los halos que nos podían distraer en monitores más antiguos.ç
La respuesta de cada pixel se mantiene en unos veloces 1 milisegundos. En cuanto al formato 32:9 con 5210 x 1440 píxeles, proporciona más espacio del que probablemente necesites para el trabajo diario. La tasa de refresco se mantiene en 240Hz, una cifra impresionante para un monitor tan grande. Además incluye soporte para tasas de refresco variable tanto bajo AMD Freesync Premium Pro, como para Nvidia G-Sync. Las conexiones posteriores incluyen tanto DisplayPort 1.4 como DHMI 2.1.
La curvatura del Neo G9 vista en persona parece casi una parodia hasta que te sientas delante y te das cuenta de que cada centímetro de la pantalla queda exactamente a la misma distancia de tus ojos. Eso significa que nunca tienes que volver a enfocar la vista como ocurriría en un monitor plano de las mismas dimensiones. Unido a los filtros de luz azul, se supone que ayuda a prevenir malestar ocular o incluso dolores de cabeza durante largas sesiones de juego.
La parte frontal no es lo único que se ha mejorado. El orbe de luz de la parte posterior del Neo G9 ya no se limita a una lista de combinaciones de luz predeterminadas. Una función llamada CoreSync analiza automáticamente el contenido de lo que estás viendo y proyecta tonos de luz similares en la pared tras el monitor.
Juntando todo eso, el resultado es una experiencia de juegos como nunca he visto antes (y he visto bastantes). En juegos con soporte HDR nativo como Shadow of the Tomb Raider o Doom Eternal las sombras y la iluminación dinámica en esa pantalla de 49 pulgadas que rodea todo tu campo de visión simplemente te atrapan en su embrujo. El efecto es apreciable incluso en juegos que no tienen este soporte HDR como Cyberpunk 2077. Tras un minucioso examen de los píxeles de cerca fui incapaz de hallar aberraciones cromáticas como los temidos Fringing y Chroma Subsampling que a veces aparecen en monitores con altas tasas de refresco.

Llega la hora de las malas noticias. El Neo G9 es un monitor caro de la muerte, con una etiqueta de precio de 2.500 dólares mucho más abultada que la que tenía el Odyssey G9 original. Eso deja al monitor como un objeto de deseo para streamers con posibles que quieran enseñar poderío delante de sus seguidores. Eso sí, si tienes el dinero y estás dispuesto a gastarlo en un monitor, probablemente no encuentres nada mejor en el mercado.
El Samsung Odyssey Neo G9 estará disponible para reserva desde el 29 de julio. Se espera que las primeras unidades lleguen a sus afortunados propietarios en agosto.