
Es posible que los amantes de la Coca Cola hayan notado que su bebida favorita sabe diferente en McDonalds que en otros establecimientos de comida rápida. Hay una razón para ello: aunque los ingredientes son los mismos, los dos gigantes se aliaron hace muchos años para hacer la experiencia “distinta”.
Contaba el New York Times hace unos años la historia de cómo se “conocieron” estos dos gigantes de la industria. Al parecer, fue en 1955 cuando Ray Kroc, un ambicioso vendedor de equipos de batido que se había hecho con los derechos para expandir McDonalds en todo Estados Unidos, abrió su primer restaurante situado en Des Plaines, Illinois.
Por aquel entonces Kroc buscaba un proveedor de bebidas, y la primera puerta que tocó fue Coca Cola. Tras una negociación con el ejecutivo Waddy Pratt, quien dirigía entonces la división de los envíos de cola, ambas compañías se fusionaron hasta hoy. McDonalds sigue siendo el cliente de restaurantes más grande de Coca Cola, y los dos gigantes mantienen una relación simbiótica única.

A medida que McDonalds se expandió a nivel mundial, comenzó a usar las oficinas de Coca Cola como base de operaciones para ponerse en marcha. En 1993, los ejecutivos de la cola sugirieron a la cadena de comida rápida que incluyeran su refresco con una hamburguesa y papas fritas durante la promoción de Jurassic Park, creando así lo que se conoció como el Extra Value Meal.
Con los años, esta relación fue a más, llegando también a crear un sistema único para la entrega y producción de refrescos de Coca Cola en los restaurantes de McDonalds. Y es que, mientras que en otros establecimientos el jarabe de cola se entrega en bolsas de plástico, en McDonalds Coca Cola comenzó a ofrecer su jarabe en tanques de acero inoxidable que ayudan a preservar los ingredientes y garantizan su frescura, creando lo que muchos creen desde entonces la mejor Coca Cola disponible en un restaurante de comida rápida.
De hecho, de aquel acuerdo también salió otro: los equipos de ventas de Coca Cola tienen prohibido vender jarabe a otros restaurantes por menos de lo que McDonalds paga, incluso si eso significaba perder negocios con Pepsi, entonces su mayor rival. [New York Times, BusinessInsider]
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