
Un equipo de investigadores de la Academia China de Ciencias se dedicó a recoger muestras de agua de los glaciares que se están fundiendo en Tíbet como resultado del calentamiento global. En esas muestras han encontrado 968 tipos diferentes de bacterias. El 82% son completamente nuevas.
Los resultados de ese estudio acaban de publicarse en Nature Biotechnology, y no auguran nada bueno para nuestra especie. Hasta ahora se pensaba que el hielo de los glaciares era un entorno demasiado extremo como para albergar vida, pero la realidad es bastante diferente. Resulta que los ríos de hielo que cubren el 10% de la superficie del planeta son una cápsula del tiempo que alberga miles de microorganismos. El calentamiento global está abriendo esa cápsula y nadie sabe a ciencia cierta lo que puede salir de ella.
Las altas temperaturas en la planicie tibetana no solo están obligando a reubicar el campamento base del que parten las expediciones al Everest. Además están liberando al ecosistema miles de microorganismos que llevaban cientos o miles de años hibernando en el hielo. “Los microbios, tanto nuevos como antiguos, atrapados en el hielo pueden dar lugar a epidemias locales o incluso pandemias”, alertan los autores del estudio. “Se trata de microorganismo que pueden introducir en el ecosistema nuevos factores infecciosos tanto para las plantas como para los animales o los seres humanos”.
La principal preocupación de los investigadores es la posible transmisión horizontal de esos microorganismos a través de su material genético. “Los factores virulentos de esa comunidad microbiana puede transmitirse horizontalmente a través de factores genéticos. La interacción entre el agua de esos glaciares y los modernos microorganismos es particularmente peligrosa y sus potenciales riesgos para la salud deben ser evaluados”.
No es solo una cuestión que afecte a los montañeros que se aventuran por esas regiones. El agua proveniente de esos glaciares es el lugar de nacimiento de varios ríos que abastecen áreas muy pobladas, entre ellos el Yangtzé o el Ganges. Un patógeno desconocido hasta ahora podría perfectamente trasladarse desde Tíbet a estas regiones simplemente siguiendo el curso del agua. [Nature Biotechnology vía IFL Science]