Groot se convirtió en uno de los personajes más queridos de todo el universo Marvel desde que se estrenó la primera Guardians of the Galaxy en el año 2014, pero el Groot Bebé que vimos en la segunda película en realidad no es el mismo personaje de la primera. Ese Groot está muerto.
Así lo ha confirmado James Gunn, director y guionista de ambas entregas de Guardians of the Galaxy, en una discusión en Twitter sobre un tema tan importante como si sería mejor salvar a Groot o a un Porg de Star Wars (la respuesta correcta es a Groot, por supuesto, ¿acaso alguien lo duda?)
Tras discutir con una fanática de Star Wars y decir verdades como puños como que los Porgs son solo pingüinos y hay muchos, pero Groot solo hay uno, le comentaron que la diferencia es que Groot puede renacer, mientras que los Porgs se mueren para siempre (y quizás un wookie se los coma).
Gunn, en ese momento, reveló la triste realidad:
Groot sí puede morir. De hecho, el Groot que se sacrificó en la primera película para salvar a sus amigos Guardianes está muerto. Bebé Groot es su hijo.
Ese extraño hombre–árbol alienígena que se robó nuestros corazones con solo 3 palabras murió para siempre. El que vimos en Guardians 2 y que estará en Avengers: Infinity War (pero ya será un adolescente) es otro. Todos los fanáticos han reaccionado como podríamos esperar ante esta trágica sorpresa.
Esto también explica por qué Bebé Groot tiene una personalidad tan diferente a la del Groot de la primera película, no es simplemente por ser un niño. Tampoco es de extrañar que Bebé Groot no esté tan apegado a Rocket como su padre, sino más bien a Drax. No es el mismo.
Así que si por alguna razón la vida nos pone a prueba y tenemos que elegir entre salvar a un Porg o a Groot, recordemos que el guardián de la galaxia sí puede morir. [vía James Gunn (Twitter)]