The Last Jedi vio nacer una nueva criatura adorable en el universo de Star Wars, los Porg. Estas aves extrañas de ojos enormes que recuerdan a los pingüinos abundan en Ahch–To, el planeta en el que se encuentra Luke Skywalker, y fueron creadas por culpa de un ave del mundo real.
Aviso: este artículo no contiene spoilers de The Last Jedi.
Los ames o los odies, los Porgs se roban parte del show durante los primeros minutos de The Last Jedi, pero la razón de su creación no tiene que ver con vender más figuritas de acción o peluches. Los Porgs nacieron porque la región en la que grabaron parte de la película es habitada por un ave real cuya existencia tenían que justificar en el mundo de Star Wars.
La primera vez que vimos ese planeta en el que se encontraba retirado (y escondido) Luke Skywalker fue en la escena final de The Force Awakens. Esa secuencia fue grabada en la isla Skellig Michael de Irlanda, y durante el primer encuentro de Luke y Rey se veían al fondo aves volando. Según comenta Jake Lunt, diseñador de Lucasfilm, era imposible grabar en la isla sin que se viera un ave volando o posada en la distancia:
“Rian Johnson fue a grabar en la isla Skellig Michael, la isla real que usamos para crear Ahch–To, y la encontró llena de frailecillos. [La isla] es una reserva natural y mires a donde mires encontrarás ciento de estas aves”.
El ave que habita la isla es el frailecillo, el cual luce así:
Rian Johnson, director de la película, tenía que tomar una decisión: o eliminaba los cientos de frailecillos mediante edición digital, o los integraba de algún modo en la película. Es así como Lunt se vio en la tarea de diseñar un ave alienígena para camuflar a los frailecillos. Durante su diseño Lunt consideró varios colores, incluyendo algunos más vivos y exóticos como el azul, púrpura o el verde, pero al final los Porgs terminaron siendo esas adorables criaturas (o insoportables, dependiendo de quien preguntes) que vemos en la película.
De este modo, cada vez que vemos un ave volar en la escena final de The Force Awakens o durante todas las escenas en Ahch–To en The Last Jedi, lo que vemos es un frailecillo. Cuando las tomas incluyen acercamientos del ave, esos son Porgs.
Los Porgs no fueron creados como criaturas digitales sino como maquetas mecánicas reales, lo que supuso una verdadera pesadilla al grabar, según comentó Johnson.
Afortunadamente, las terroríficas monjas focas que cuidan el planeta de Ahch–To no están inspiradas en ningún habitante real de la isla Skellig Michael.