El pasado 27 de agosto, la ciudad china de Kunming destruyó 15 rascacielos de forma simultánea. Los preparativos para la operación han durado varios días y han requerido inundar los cimientos con agua de lluvia y evacuar a los vecinos de los barrios cercanos.
Las 15 torres formaban parte de uno de esos macroproyectos urbanísticos que suelen terminar de forma abrupta. En este caso, y según informa Taiwan News, la empresa promotora comenzó las obras en 2011, pero quebró en 2013 y no pudo terminar el proyecto. Solo cuatro torres fueron entregadas. El resto de edificios llevaban inacabados desde entonces, vacíos y en un creciente estado de deterioro.
La voladura en sí apenas ha llevado unos segundos, pero no ha sido tan exitosa como cabría esperar. Como se aprecia en el vídeo bajo estas líneas, al final de las explosiones una de las torres aún sigue en pie severamente inclinada hacia un lado.
No es la primera vez que China acomete una voladura masiva de edificios. En 2017 destruyó nada menos que 36 rascacielos en una operación controlada que apenas duró 20 segundos. Eso por no mencionar la ocasión en la que derribaron un viaducto en tiempo récord usando 116 excavadoras a la vez. [vía IFL Science]