Desafortunadamente, el collar GPS dejó de funcionar el 6 de febrero de 2019, por lo que el equipo ya no sabe dónde está el intrépido zorro. Sin embargo, lograron reunir suficientes datos en el transcurso de 2018 para detallar su increíble caminata en el Ártico. Según Eva Fuglei, autora del estudio del Instituto Polar de Noruega:

Al principio no creíamos que fuera cierto. ¿Se podría haber encontrado al zorro muerto y luego a bordo de un bote? Pero no, no hay botes que suban tanto en el hielo, así que tuvimos que seguir con la idea que todo lo hizo el zorro.

El estudio señala que ahora el animal tendrá que adaptarse a grandes cambios en la dieta tras su llegada al Ártico canadiense, ya que la población tiende a comer lemmings y pequeños mamíferos, en lugar de la dieta marina que comen en Svalbard.

Una historia que, como explica el equipo de Fuglei, también revela la importancia de abordar los efectos del cambio climático. El hielo es vital para que los zorros y otras criaturas se aventuren alrededor del Ártico y entre los continentes. De hecho, los zorros árticos ya han quedado aislados en Islandia debido a la desaparición del hielo polar y, si las cosas continúan como indican los estudios, la población en Svalbard también podría quedar completamente aislada. [ScienceAlert]